19/1/25

Silencio impuesto: Una iglesia en Chicago suspende misas en español por temor a deportaciones de Donald Trump

 En las entrañas del vibrante barrio de Pilsen, en Chicago, un silencio sepulcral ha envuelto a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Los cánticos que antes llenaban sus naves y los murmullos de feligreses que compartían sus esperanzas y miedos han sido sustituidos por un vacío desolador. La comunidad, mayoritariamente latina, ha tomado una decisión dolorosa pero necesaria: suspender los servicios religiosos en español.

La amenaza constante de redadas y deportaciones ha sembrado el terror en esta comunidad de fe. El miedo a ser separados de sus familias y de sus hogares ha obligado a los fieles a tomar esta medida extrema, renunciando a un espacio que representa no solo su espiritualidad, sino también un refugio y un lugar de encuentro.



Un santuario convertido en zona de peligro

La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe siempre ha sido más que un edificio religioso. Ha sido un faro de esperanza para los inmigrantes que llegaban a Chicago en busca de una vida mejor. En sus bancas, se han celebrado bautizos, primeras comuniones y bodas; se han compartido alegrías y se han llorado pérdidas. Pero hoy, ese santuario se ha convertido en un lugar de temor y desconfianza.

"Antes, la iglesia era nuestro hogar lejos de casa", confiesa María, una feligresa de toda la vida. "Aquí encontrábamos consuelo, fuerza y comunidad. Ahora, tenemos miedo de venir".

El impacto en la comunidad

La suspensión de los servicios religiosos en español ha tenido un profundo impacto en la comunidad latina de Pilsen. Más allá de la pérdida espiritual, esta decisión ha generado un vacío social y emocional. Los feligreses se sienten aislados y vulnerables, y muchos temen por el futuro de sus familias.

"La iglesia era el corazón de nuestra comunidad", afirma el Padre Juan, párroco de la iglesia. "Al cerrar sus puertas, estamos perdiendo mucho más que un lugar de culto. Estamos perdiendo un espacio de encuentro, de apoyo mutuo y de resistencia".

Las raíces de un problema sistémico



La decisión de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe es un síntoma de un problema más profundo: la crisis migratoria que azota a Estados Unidos y el miedo que generan las políticas migratorias restrictivas. La comunidad latina, que ha sido históricamente marginada y discriminada, se siente cada vez más vulnerable y perseguida.

"Esta situación es el resultado de políticas que fomentan la división y el miedo", denuncia el activista comunitario Carlos Ramírez. "Es hora de que nuestros líderes políticos reconozcan la dignidad de todos los seres humanos y trabajen para construir un país más justo y equitativo".

Un llamado a la acción

La suspensión de los servicios religiosos en español es un llamado a la acción. Es un recordatorio de que la crisis migratoria tiene un rostro humano, y que las políticas migratorias tienen consecuencias reales en las vidas de las personas.

Es necesario que la sociedad civil, los líderes religiosos y los políticos trabajen juntos para encontrar soluciones justas y duraderas a este problema. La iglesia en Pilsen nos recuerda que la fe, la esperanza y la solidaridad son más fuertes que cualquier miedo.




 
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