Un desfile de multimillonarios tecnológicos y miembros clave de su órbita se unieron al presidente electo Donald Trump cuando inició sus celebraciones inaugurales que incluyeron un servicio religioso el lunes por la mañana.
El fundador de Amazon, Jeff Bezos, el jefe de Meta, Mark Zuckerberg, el líder de Apple, Tim Cook, y el jefe de Google, Sundar Pichai, fueron vistos ocupando asientos privilegiados en la Iglesia de San Juan.
El magnate de los medios Rupert Murdoch, el presidente de la FIFA Gianni Infantino y el ex primer ministro del Reino Unido Boris Johnson también fueron vistos en la iglesia.
Muchos de estos ejecutivos estuvieron entre los primeros críticos del mundo empresarial de Trump durante su primer mandato, y se manifestaron sobre cuestiones como el cambio climático y la inmigración.
Varios de los multimillonarios tecnológicos se unieron a Trump en la rotonda del Capitolio, incluido el jefe de SpaceX y Tesla, Elon Musk, quien pasó varios segundos mirando el techo ornamentado.
Musk gastó casi 300 millones de dólares ayudando a la campaña del presidente y desde entonces se ha mantenido fiel a su lado.
También se espera que asista a la inauguración el director ejecutivo de TikTok, Shou Zi Chou, mientras su empresa lidia con las consecuencias de una prohibición estadounidense, así como Sam Altman de OpenAI y Dara Khosrowshahi de Uber.
Es un espectáculo sorprendente. El último evento público en Washington que reunió a tantos ejecutivos de empresas tecnológicas en una misma sala fue una audiencia del Congreso de 2020 dirigida a sus empresas.
Hoy en día, la mayoría de las empresas aún tienen asuntos pendientes graves ante el gobierno de Estados Unidos, incluidos juicios antimonopolio, investigaciones, luchas regulatorias y aranceles.
La semana pasada, la senadora Elizabeth Warren y Michael Bennett, ambos demócratas, compartieron una carta dirigida a los ejecutivos, en la que los acusaban de intentar "congraciarse con la administración entrante de Trump en un esfuerzo por evitar el escrutinio, limitar la regulación y comprar favores".
"Es curioso que nunca me enviaran uno de estos por contribuir con los demócratas", publicó Altman en las redes sociales como respuesta.
Aún quedan preguntas abiertas sobre hasta qué punto perdurará el romance tecnológico y hasta dónde presionará Trump en muchas de estas cuestiones.
Pero el presidente, que dejó el cargo la primera vez como una especie de paria en el mundo empresarial, parece estar disfrutando de su nuevo cargo.
Como escribió en las redes sociales el mes pasado: "¡Todos quieren ser mis amigos!"
Las incipientes amistades de Trump con los ejecutivos tecnológicos no han caído bien entre todos los de su círculo.
El ex estratega jefe de la Casa Blanca de Trump, Steve Bannon, calificó el domingo a Musk como un "tipo verdaderamente malvado" y afirmó que lo haría "echar de aquí antes del día de la toma de posesión".
"Miro esto y creo que la mayoría de la gente en nuestro movimiento lo ve como si el presidente Trump hubiera quebrado a los oligarcas, los hubiera quebrado y se hubieran rendido", dijo Bannon a ABC News.
Natalie Sherman y Madeline Halpert
BBC News, Nueva York
