El nuevo director ejecutivo de Starbucks, Brian Niccol, se encuentra en el centro de una creciente polémica debido a una cláusula en su contrato que le permite realizar viajes en jet privado de casi 1.600 kilómetros para desplazarse entre su residencia en Newport Beach, California, y la sede central de la empresa en Seattle.
Esta decisión ha generado un intenso debate en las redes sociales y en los medios de comunicación, donde muchos cuestionan la pertinencia de estos viajes de lujo en un contexto de creciente preocupación por la sostenibilidad y la desigualdad.
¿Justificado o excesivo?
La compañía ha argumentado que estos viajes son necesarios para garantizar la eficiencia operativa y la disponibilidad del CEO, especialmente considerando la distancia entre su residencia y la sede central. Sin embargo, esta justificación ha sido recibida con escepticismo por parte de muchos, quienes consideran que existen alternativas más sostenibles y menos costosas, como el transporte comercial o la reubicación del CEO.
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| Starbucks bajo fuego: El CEO y sus viajes en jet privado generan polémica |
Los críticos señalan que este tipo de privilegios ejecutivos generan una gran brecha entre la alta dirección y los empleados de base, y contradicen los esfuerzos de la empresa por presentarse como una compañía socialmente responsable. Además, subrayan el impacto ambiental de los viajes en jet privado, que contribuyen al cambio climático.
Un contraste con la imagen de la marca
La polémica se intensifica si se considera que Starbucks ha promovido en los últimos años una imagen de empresa comprometida con la sostenibilidad y el medio ambiente. La compañía ha implementado diversas iniciativas para reducir su huella de carbono y ha lanzado campañas de sensibilización sobre el cambio climático. Sin embargo, el contrato de su CEO parece contradecir estos esfuerzos.
Las redes sociales explotan
En las redes sociales, el tema ha generado un intenso debate. Muchos usuarios han expresado su indignación ante esta situación, calificándola de "hipocresía" y "despilfarro". Otros, en cambio, defienden la decisión de la empresa, argumentando que el CEO necesita flexibilidad para desempeñar sus funciones de manera efectiva.