Los problemas de fiabilidad de la cápsula Starliner de Boeing empiezan a tener efectos en el programa espacial de la NASA. La agencia espacial norteamericana y SpaceX han acordado retrasar el lanzamiento de la misión Crew-9, que iba con una cápsula Dragon de esta última compañía y que tenía como fecha el próximo 18 de agosto. El despegue no se producirá ahora antes del 24 de septiembre y una de las posibilidades es que vuele con dos tripulantes para que regrese con los dos de la Starliner, que se enviaría a la Tierra sin tripulación. La decisión no se ha tomado todavía.
Los ingenieros de la NASA y Boeing estudian en estos momentos los datos de una prueba de encendido en caliente llevada a cabo el pasado 27 de julio, cuando se evaluaron 27 de los 28 propulsores y se estudiaron sus índices de fuga de gas helio.
La Starliner acoplada a la Estación Espacial Internacional |
La misión Crew-9 con la cápsula Dragon de SpaceX se pospone cinco semanas con el nuevo ajuste
Según los ingenieros, los resultados preliminares mostraron que todos los propulsores probados han vuelto a los niveles de empuje y presión de la cámara anteriores al vuelo. En cualquier caso, no tienen decidido el regreso tripulado de la Starliner y la posibilidad de que vuelva vacía es muy real.
La Estación Espacial sólo dispone en estos momentos de dos puertos de acoplamiento y ya hay programada la llegada de una nave Soyuz para el día 11 de septiembre, por lo que la Starliner deberá partir, con tripulantes o sin ellos antes de que se lance la cápsula Dragon de SpaceX, unas dos semanas después.
“Lo que estamos tratando de hacer es reducir esa incertidumbre, ver si podemos lograr un mayor consenso entre nuestro equipo”, ha señalado Ken Bowersox, administrador asociado de la NASA y director de Misión de Operaciones Espaciales. En esas previsiones se incluye fabricar dos trajes espaciales para que los astronautas que viajaron en la Starliner, Butch Wilmore y Suni Williams, vayan en la Dragon.
Después de varios retrasos en el lanzamiento, la Starliner experimentó varios problemas durante el vuelo hacia el laboratorio orbital. El más importante fue el fallo de cinco de sus 28 propulsores del sistema de control de reacción. Desde entonces, se ha estudiado si es seguro que Williams y Wilmore regresen a la Tierra en esta nave.
Bowersox ha recordado que esta “era una misión de prueba”. “Sabíamos –explicó– que potencialmente tenía un riesgo más alto que un vuelo en un vehículo que tiene más experiencia, más vuelos”. El responsable reconoció que ahora están en “una banda de incertidumbre bastante alta”. “Dependiendo de la cantidad de datos y la comprensión que tengas, podrías tener una visión diferente de dónde estamos en esa banda de riesgo”, añadió.
Los responsables de la NASA han admitido desacuerdos con los de Boeing sobre el grado de riesgo que ofrece la Starliner en un regreso tripulado.