Lo vio y escuchó todo. Prefiere mantener su anonimato por temor a represalias, pero vive muy cerca del lugar donde tuvo lugar el ataque al Mounir Nasraoui, el padre de Lamine Yamal. De hecho, grabó los vídeos que han resultado clave para resolver el caso, que ya se ha saldado con cuatro detenidos por los Mossos d’Esquadra.
En una conversación en exclusiva con Infobae España, esta testigo relata que todo comenzó sobre las 15:45 horas en la calle Frank Marshall del barrio de Rocafonda, en Mataró (Barcelona). “Oí un grito y me asomé”, recuerda. Según escuchó de palabras del propio Mounir a los agentes de la Policía Local, “él iba andando para volver a su casa cuando le cayó agua desde un balcón”. El fluido podría provenir de una pequeña piscina instalada en ese balcón.
Imágenes de los instantes previos y la detención de los agresores del padre de Lamine Yamal. |
El padre de Lamine Yamal recriminó la acción a esos vecinos, que rápidamente bajaron a su encuentro. “Él (Mounir) pensaba que iban a bajar para hablar”, pero no fue así. La testigo cuenta que lo primero que vio fue cómo los agresores, un total de cuatro, primero “lo agarraron del cuello y después lo empujaron contra un coche y se cayó al suelo”. Esto coincide con las palabras del padre del futbolista a los agentes municipales, que quedan recogidas en uno de los vídeos: “Me han agarrado y me han tirado al suelo”.
Ante el revuelo, varios vecinos salieron de sus casas a apaciguar las aguas. Uno de ellos, de origen magrebí, separó a Nasraoui, como también se aprecia en uno de los vídeos. No obstante, la testigo señala que el padre de Yamal volvió a intentar encararse con sus adversarios, hasta que “unos cinco minutos después llegó la Policía”. Entonces, mostró a los agentes que tenía “una marca roja” en el cuello. Además, aseguró a los funcionarios que iba a denunciar a los agresores.
El apuñalamiento, cinco horas más tarde
La cosa quedó ahí hasta unas cinco horas más tarde. Sobre las 21:00 horas, la testigo escuchó “mucha policía” y “gritos” en la zona. En ese momento, volvió a asomarse a la ventana y vio “un coche de la Policía Local en sentido contrario” por la misma calle Frank Marshall y, unos metros más adelante, tres personas “corriendo”. Afirma que con toda seguridad estaban en el grupo de personas con las que se enfrentó a primera hora de la tarde. Aunque existen versiones contradictorias, señala que son “españoles de etnia gitana”.
Los agresores fueron detenidos “casi en la puerta” de su domicilio, en el mismo punto donde se había producido la anterior discusión. La testigo narra que los agentes “se pusieron a buscar algo en las papeleras y debajo de los coches, como si estuvieran buscando un arma”. También inspeccionaron las prendas que portaban los arrestados por si tenían restos de sangre.
La abuela de Lamine estuvo en el lugar
La testigo “aún no sabía exactamente qué había pasado”, hasta que llegó al lugar la abuela de Lamine Yamal y madre de Mounir Nasraoui preguntando por su hijo. “Preguntaba a los policías cómo estaba y qué le había pasado”, detalla. Los agentes le indicaron el punto donde Nasraoui había sido agredido y la testigo le siguió los pasos.
El punto donde se produjo la primera discusión y el lugar donde fue apuñalada la víctima están “a unos tres minutos andando”. Subraya que “los agresores sabían perfectamente dónde encontrarlo” acudieron a un parque situado junto a un parking. “El padre de Lamine siempre está en unas gradas con sus amigos”, añade. Fue ahí -y no en el parking- donde se produjo el apuñalamiento, que ocasionó a Nasraoui dos heridas profundas en el abdomen.
“Cuando llegué había muchos coches de Policía y Mossos y dos ambulancias. Una estaba abierta y vi al padre de Lamine Yamal”, concluye la testigo.