A pesar de la compleja situación que atraviesa Venezuela, un reciente estudio realizado por el Observatorio de Empleabilidad de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) ha revelado un dato esperanzador: el 76% de los jóvenes egresados de estudios superiores aspira a construir su futuro laboral en el país.
Según el director del observatorio, profesor Gabriel Wald, esta cifra refleja un optimismo sorprendente entre los jóvenes venezolanos. "A pesar de los desafíos, hay una clara intención de trabajar y desarrollarse profesionalmente en Venezuela", aseguró Wald.
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El anhelo de lo formal
El estudio también destaca que la mayoría de estos jóvenes buscan empleo formal dentro de una empresa. "Los jóvenes no se conforman con trabajos informales", afirmó Wald. "Hay un deseo genuino de estabilidad y crecimiento profesional".
Esta aspiración a la formalidad laboral es un indicador positivo, ya que refleja una búsqueda de oportunidades que vayan más allá de la mera subsistencia. Los jóvenes venezolanos están demostrando una gran capacidad de adaptación y resiliencia, a pesar de las dificultades que enfrentan.
Factores que influyen en esta decisión
¿Qué motiva a estos jóvenes a quedarse en Venezuela? Según los expertos, varios factores influyen en esta decisión:
- Vínculo afectivo con el país: Muchos jóvenes sienten un profundo arraigo a su tierra natal y desean contribuir a su reconstrucción.
- Optimismo a futuro: A pesar de las dificultades actuales, muchos jóvenes creen en la posibilidad de un cambio positivo y desean ser parte de esa transformación.
- Limitaciones económicas para migrar: Los altos costos de la migración y la falta de oportunidades en otros países limitan las opciones de muchos jóvenes.
Desafíos y oportunidades
Si bien el optimismo de los jóvenes es una noticia alentadora, es importante reconocer los desafíos que enfrentan. La falta de empleo formal, los bajos salarios y la inseguridad son obstáculos significativos que deben ser abordados.
Sin embargo, esta situación también representa una gran oportunidad. Al invertir en la educación y el desarrollo de habilidades de los jóvenes, el país puede construir un futuro más próspero. Además, el emprendimiento y la innovación pueden convertirse en motores de crecimiento económico y generación de empleo.
El estudio de la UCAB nos muestra que la juventud venezolana es una fuerza poderosa y resiliente. A pesar de las adversidades, estos jóvenes mantienen la esperanza y el deseo de construir un futuro mejor para su país. Es fundamental que la sociedad civil, el sector privado y el gobierno trabajen en conjunto para brindarles las herramientas y las oportunidades que necesitan para alcanzar sus metas.