Las fuerzas de seguridad estadounidenses arrestaron a dos altos líderes del poderoso Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones delictivas más dominantes en México, informó el jueves el Departamento de Justicia.
Los dos operadores, Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán López, se encuentran entre los narcotraficantes más poderosos de México y dirigen enormes negocios transnacionales de cocaína y fentanilo que trasladan narcóticos hacia Estados Unidos, Europa y otros lugares.
Ambos hombres se encontraban bajo custodia en El Paso, Texas.
El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, |
Las detenciones supusieron una victoria para el FBI, la Administración de Control de Drogas y el departamento de investigaciones de Seguridad Nacional, que llevan años buscando a los líderes del Cártel de Sinaloa.
“El fentanilo es la amenaza más mortífera a la que nuestro país se ha enfrentado”, declaró el fiscal general Merrick Garland en un comunicado. “El Departamento de Justicia no descansará hasta que todos y cada uno de los líderes, integrantes y asociados de los cárteles responsables de envenenar a nuestras comunidades rindan cuentas”.
Zambada García, de 76 años, cofundador del Cártel de Sinaloa y a quien se conoce como el Mayo, ha sido buscado por el gobierno de EE. UU. durante años. Ha sido imputado en varias acusaciones federales que se remontan a más de dos décadas.
Según funcionarios, Guzmán López lo trasladó a Estados Unidos luego de atraerlo a un avión privado con engaños.
Se dice que Guzmán López, hijo del famoso capo Joaquín Guzmán Loera, conocido como el Chapo, ha sido ascendido a un papel de liderazgo en el cártel junto con sus otros tres hermanos tras la extradición de su padre a Estados Unidos en 2017. Su hermano Ovidio Guzmán López fue detenido en México y extraditado el pasado septiembre a Chicago, donde se espera que enfrente un juicio.
Está previsto que Joaquín Guzmán López comparezca ante el Tribunal Federal de Distrito de Chicago en los próximos días. El jueves por la noche no estaba claro dónde sería el proceso a Zambada García.
Zambada García nunca ha pasado tiempo en la cárcel, según el gobierno de EE. UU., a diferencia de su principal aliado, el Chapo, quien luego de ser extraditado fue declarado culpable en un tribunal federal de Brooklyn en 2019 y condenado a cadena perpetua por cargos de conspiración de drogas.
Si bien el éxito del caso contra el Chapo fue un paso importante en ese esfuerzo, las autoridades de EE. UU. habían estado irritadas por su incapacidad para asegurar un caso contra Zambada García. A lo largo de los años lo habían captado ampliamente en escuchas telefónicas y estuvieron muy cerca de detenerlo justo antes de que el Chapo fuera puesto bajo custodia.
Mientras que el Chapo cultivó los medios de comunicación y alcanzó una especie de estatus de celebridad mundial, Zambada García siempre ha sido una figura criminal de más bajo perfil y de vieja escuela. Se ha contentado con llevar una vida sencilla, casi rústica, en su complejo de Sinaloa, conocido como El Álamo.
Zambada García, conocido por su pragmatismo, lleva al menos tres años en contacto con funcionarios federales de EE. UU. para discutir las condiciones de su posible entrega, según cinco personas informadas del asunto.Pero el jueves no sabía que se dirigía a Estados Unidos cuando abordó un avión privado con Guzmán López, quien le dijo que iban a ver algunas propiedades inmobiliarias, según dos funcionarios estadounidenses encargados de hacer cumplir la ley a quienes se informó de la situación.
Zambada García mantiene desde hace tiempo una suerte de relación paternal adoptiva con Joaquín y Ovidio Guzmán López, los dos hijos menores del Chapo. Joaquín Guzmán López buscaba ayudar a Ovidio, quien ya se encontraba bajo custodia de EE. UU., cuando invitó a Zambada García a subir al avión, según los funcionarios.
La relación entre Zambada García y el Chapo se consolidó a principios de la década de 2000, después de que Guzmán Loera se fugó de una prisión en México. Los dos hombres formaron una de las asociaciones más sangrientas y lucrativas de la historia de la delincuencia, con tráfico internacional de drogas, asesinatos en masa y corrupción política.
La detención de Zambada García, conocido desde hace tiempo como el miembro con más conexiones políticas del Cártel de Sinaloa, probablemente va a alarmar a antiguos funcionarios de varios gobiernos presidenciales mexicanos anteriores.
Falko Ernst, analista sénior del International Crisis Group, dijo que era poco probable que las detenciones tuvieran un impacto importante en el contrabando de fentanilo u otras drogas procedentes de México, puesto que el Cártel de Sinaloa ya era una organización profundamente fragmentada.
“No estamos hablando de una estructura que dependa de unos pocos capos: es muy difusa y resistente a este tipo de golpes”, dijo Ernst. En todo caso, la medida podría desencadenar más violencia, ya que las facciones se disputan el control en medio de un vacío de poder en el liderazgo.
“Ya hay mucha presión sobre esa estructura y ha habido muchas luchas internas”, dijo Ernst. “Así que definitivamente nos enfrentamos a un escenario de mayor violencia, potencialmente”.
Los cuatro hijos del Chapo enfrentan cargos en Estados Unidos, entre ellos los dos que siguen prófugos, Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Zambada García sufrió una brutal traición pública durante el juicio al Chapo: su propio hijo testificó a favor de la fiscalía, ofreciendo un relato detallado de muchos aspectos de la extensa empresa criminal del cártel. El hijo, Vicente Zambada Niebla, había sido detenido por las autoridades mexicanas y extraditado a Estados Unidos en 2010.
En el juicio, Zambada Niebla demostró conocimiento del funcionamiento interno del imperio del cártel, describiendo cómo su padre había ayudado a traficar toneladas de droga a través de una vasta red de rutas de contrabando y planes de lavado de dinero.
El presupuesto de su padre para sobornos ascendía a un millón de dólares al mes, dijo, e incluía pagos a un oficial del ejército que una vez sirvió como guardia personal de Vicente Fox, expresidente de México.
Tras la noticia de la detención de Zambada García, los mexicanos empezaron a difundir en las redes sociales una entrevista con el narcotraficante publicada por la revista Proceso en 2010. En ella, Zambada García reflexionaba sobre lo que pasaría si alguna vez se entregaba a las autoridades.
“Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos”, dijo, y añadió: “Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”.
Refiriéndose a los jefes de los cárteles, dijo: “En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.
Emiliano Rodríguez Mega colaboró con la reportería.
Alan Feuer cubre extremismo y violencia política para el Times, centrándose en los casos penales relacionados con el ataque del 6 de enero al Capitolio y contra el expresidente Donald Trump. Más de Alan Feuer
Natalie Kitroeff es la jefa del buró de redacción del Times en Ciudad de México, que lidera la cobertura de México, Centroamérica y el Caribe. Más de Natalie Kitroeff.