China parece que va a la vanguardia cuando se trata de automatización y robots. En las últimas semanas hemos sido testigo de cómo este país ha estrenado su primer hospital del mundo con inteligencia artificial, al tiempo que sus cirujanos son capaces de operar a sus pacientes a una distancia de 8 mil kilómetros.
La noticia que sale a la luz, aunque esta vez no tiene que ver tanto con la medicina, sigue el mismo perfil, el de un mundo robotizado en el que esta tecnología es capaz de aportar beneficios a la humanidad.
Se trata de la empresa china Ex-Robots, con sede en Dalian, que está trabajando en la adaptación de sus robots humanoides para que repliquen no la parte de movilidad de las articulaciones, sino las expresiones faciales y las emociones de los seres humanos.
Al parecer, el objetivo ya se ha cumplido, según los periodistas de Reuters, que han tenido la oportunidad de visitar la fábrica de Ex-Robots, donde han podido presenciar en carne propia el proceso de creación de los robots humanoides.
El lugar es descrito como un espacio lleno de actividades, donde se puede ver a los ingenieros ensamblando las máquinas con precisión y equipándolas con una amplia gama de movimientos faciales para transmitir con exactitud las emociones.
Estos robots serán clave en salud y educación
Y aunque a primera vista podríamos pensar que no hay beneficios a la vista al equipar a los robots con expresiones faciales, en opinión de Li Boyang, CEO de Ex-Robots, estos tendrán un papel cada vez más importante en sectores como la salud y la educación.
"El asesoramiento psicológico y la asistencia sanitaria son, sin duda, futuros escenarios de aplicación. Actualmente, estamos llevando a cabo investigaciones relacionadas, como el tratamiento auxiliar y la detección preliminar de trastornos emocionales y psicológicos", dice el experto.
Por eso, uno de los principales objetivos de los ingenieros de Ex-Robots es conseguir que sus creaciones sean tan realistas que resulte difícil distinguirlas de un ser humano, recoge Fayerwaver.
Y para lograrlo necesitará de la ayuda de la inteligencia artificial: "Hay muchos modelos y algoritmos básicos que suelen ser de código abierto y que todo el mundo utiliza. Sin embargo, nosotros nos centramos más en cómo hacer que la IA reconozca y exprese expresiones y emociones", explica Boyang.