1957: El año en que el mismísimo Marlon Brando, ícono del cine y símbolo de rebeldía, aterrizó en la soleada Málaga.
Imaginen la escena: un pueblo costero andaluz, aún ajeno al turismo masivo, recibe a una de las estrellas más rutilantes de Hollywood. Las playas de Torremolinos se transformaron en un set de filmación, con Brando luciendo su sensualidad y magnetismo.
¿El motivo de su visita? Filmar "¡Viva Zapata!", una película sobre el revolucionario mexicano Emiliano Zapata.
Las anécdotas no se hicieron esperar. Brando, conocido por su carácter impredecible, se paseaba por las calles con sombrero de paja y sandalias, causando revuelo entre las señoritas malagueñas. Se dice que incluso desapareció durante dos días, para luego reaparecer en un tablao flamenco, cantando y bailando con los gitanos.
La prensa local se llenó de titulares: "Marlon Brando, el actor más famoso del mundo, conquista Málaga", "Las mujeres malagueñas se rinden a los encantos de Brando".
Pero no todo fue color de rosa. Algunos criticaron las excentricidades del actor, mientras que otros se escandalizaron por su romance con la actriz mexicana Katy Jurado, 18 años mayor que él.
A pesar de las controversias, la visita de Brando marcó un antes y un después en la historia de Málaga. La ciudad se convirtió en un lugar de moda para artistas y celebridades, y el rodaje de "¡Viva Zapata!" impulsó el desarrollo del turismo en la Costa del Sol.
Hoy, más de 60 años después, la leyenda de Marlon Brando en Málaga sigue viva. Los lugareños aún recuerdan las historias del actor paseando por las calles, su paso arrollador y su espíritu indomable.
¿Moraleja de la historia? Que a veces, las estrellas de Hollywood también se enamoran de la Andalucía más auténtica.
¡Y quién sabe! Quizás algún día, otra figura legendaria del cine decida volver a pisar las playas de Torremolinos.