Gustavo Petro, actual presidente de Colombia, ha generado controversia al anunciar que invitará a Salvatore Mancuso a la Casa de Nariño. Esta declaración ha causado revuelo en los medios y la opinión pública.
Según Petro, el encuentro con Salvatore Mancuso tendría como objetivo cerrar una historia de violencia en el país. Mancuso, exjefe paramilitar, operaba en la región de Córdoba, una zona fuertemente afectada por la violencia de grupos paramilitares. El presidente Petro expresó: “Si se puede, voy a invitar a Mancuso a mi oficina. Van a caer truenos y centellas. Le voy a proponer cerrar esa historia de la ‘cacería’ contra humildes campesinos. Él tiene una historia”. Además, Petro destacó la simbología de este encuentro entre dos cordobeses con orígenes similares, como un paso hacia la reconciliación y la paz en el país.
Es importante señalar que la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), entidad encargada de definir la situación legal de excombatientes, anunció que sería competente para determinar si Mancuso quedaría en libertad y cumpliría su rol como gestor de paz, designado por el presidente Petro. La JEP asumirá los casos relacionados con el período entre 1989 y 2004. El respaldo del presidente a esta decisión refleja su compromiso con la verdad y la reconciliación nacional.
En resumen, la invitación de Petro a Mancuso a la Casa de Nariño es un paso controvertido hacia la reconciliación y la búsqueda de cierre para una historia de violencia en Colombia.