Donald Trump no ha sido elegido como nuevo presidente de Estados Unidos, y aunque está más cerca, tampoco es el candidato oficial de los republicanos, pero la presencia de Trump en la carrera electoral de 2024 ya está dictando las agendas políticas nacionales y extranjeras, sin que ni siquiera haya puesto un pie en la Casa Blanca para un segundo mandato.
La idea de que los aspirantes presidenciales influyan en la política antes de unas elecciones, no es nada nuevo. Los candidatos configuran la agenda nacional para que les ayude a ganar unas elecciones o a gobernar después.
Otros países también se preparan siempre para el nuevo líder que llega. Sin embargo, la influencia que Trump está teniendo ahora mismo es más excesiva y más perturbadora de lo que habíamos visto antes a tanta distancia de unas elecciones, tanto en casa como en el extranjero.
Trump está teniendo una influencia sin precedentes en la política exterior estadounidense, por ejemplo, en relación con Ucrania. Recientemente, Trump reunió a sus partidarios para oponerse a un proyecto de ley conjunto para proporcionar ayuda a Ucrania y reforzar los controles en la frontera con México en el Senado estadounidense.
Al grado que los demócratas se vieron obligados a crear un nuevo proyecto de ley sobre la ayuda a Ucrania. El Senado aprobó finalmente un proyecto de ley por el que se conceden a Ucrania $95,000 millones.
La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha advertido que Trump tiene la capacidad de dar poder a los republicanos que se oponen a la financiación de Ucrania para impedir futuras ayudas.
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