Cada vez hay más pruebas científicas que indican los riesgos del uso excesivo de las nuevas tecnologías en niños y adolescentes, particularmente el abuso del smartphone. Los menores lo utilizan con demasiada frecuencia para consultar las redes sociales y compartir contenido que compromete su privacidad y seguridad.
Una reciente investigación realizada por científicos del Centro Médico de la Universidad de Hanyang en Corea del Sur se basó en datos de 40,998 adolescentes que participaron en la Encuesta basada en la web sobre comportamientos de riesgo de los jóvenes de Corea a nivel nacional para 2017 y 2020. El estudio encontró tasas más altas de problemas de salud mental (estrés, sueño, depresión, suicidio, consumo de sustancias y dependencia excesiva del smartphone) en aquellos que utilizan su teléfono inteligente durante más de cuatro horas al día.
El uso y la dependencia de los smartphones aumentó en 2020
Los investigadores analizaron el impacto del uso de estos dispositivos durante más o menos cuatro horas al día en la salud de los adolescentes. Observaron que en 2020, el tiempo promedio de uso de teléfonos inteligentes entre los adolescentes aumentó en comparación con 2017.
En 2020, el 85.7% de los adolescentes estudiados usaron un teléfono inteligente durante más de dos horas al día, en comparación con el 64.3% en 2017. Además, el 25.5% de los adolescentes experimentaron una dependencia excesiva de los teléfonos inteligentes en 2020.
Los resultados adversos para la salud fueron prominentes después de más de cuatro horas al día de uso. “Los adolescentes que utilizaron teléfonos inteligentes entre 2 y 4 horas/día no mostraron mayores resultados adversos para la salud en comparación con los no usuarios, excepto por la dependencia excesiva de los teléfonos inteligentes”, han explicado en su artículo publicado en la revista PLOS ONE.
Y añaden que usar un smartphone más de cuatro horas diarias se asoció significativamente con la percepción de estrés, ideación suicida y consumo de sustancias (alcohol), después de tener en cuenta otros factores que podrían influir en los resultados como la edad, el sexo, el lugar de residencia, el nivel socioeconómico y el rendimiento académico.
Los autores han advertido que los resultados de su estudio no confirman una relación causal entre el uso de teléfonos inteligentes y las consecuencias negativas para la salud, pero indican que los hallazgos podrían ayudar a diseñar las pautas de uso más recomendables para los adolescentes, sobre todo si el uso diario de estos dispositivos continúa en aumento.