#ENTRETENIMIENTO: | Los premios Globos de Oro resucitan por sorpresa la mejor serie de #Netflix 2023 con un triple premio merecidísimo

 La serie de Netflix Bronca (Beef), la gran vencedora junto con Succession de los Globos de Oro 2024 en la categoría de televisión, se merece todos los premios que le quieran y puedan dar. (Lo digo, básicamente, porque el 15 de enero son los Emmy y me juego la mano derecha de mi jefe más barbudo a que Bronca va a repetir palmarés.) Bronca ha merecido los premios a Mejor Serie Limitada, Mejor Actriz en una Serie Limitada (la superlativa Ali Wong) y Mejor Actor en una serie Limitada (Steven Yeun, que se merecería hasta un Oscar por esta interpretación) en la edición 2024 de los premios Globos de Oro. Que una serie de televisión (o una película, me da igual) sea capaz de que empaticemos con la ira (la ira cotidiana, no me refiero a la ira en plan Liam Neeson, a esa venganza de padre coraje, hermano coraje, cuñado coraje, primo segundo coraje...) y con las malas decisiones como estilo de vida es un logro que merece pasar a los libros de Historia. Tal cual te lo cuento. De Historia de la televisión, claro está. ¿Cómo que estoy exagerando? ¿Que a qué me refiero?



Me refiero a que, si has visto la serie ideada y escrita por Lee Sung-Jin, todas y cada una de las formas en las que se comportan los personajes de Ali Wong y Steven Yeun, Amy Lau y Danny Cho (ay, Cho, Cho, ¡dónde te ves por tu mala cabeza!), deberían poner fácilmente en contra de ellos al espectador. Y, sin embargo, tal y como están interpretados y escritos los personajes ocurre justo lo contrario: nos preocupamos por su supervivencia espiritual como nunca antes lo habíamos hecho por un personaje de televisión. En Succession, si te fijas, nos dan francamente igual los personajes. Nos atraen, por supuesto, pero es imposible empatizar con ellos, quizá con la excepción de Kieran Culkin cuando no se está masturbando contra las ventanas de la catedral de cristal Waystar Royco. Yeun le imprime una tristeza a su Danny, el perdedor, que es difícil de igualar. Y Ali Wong poniéndole rostro a la ira (cotidiana) femenina, la de verdad, en una serie, tampoco es habitual. Aunque, vaya, estoy dando por supuesto que has visto la serie. Y lo mismo tienes la suerte de no haberla visto todavía. ¡Cuánto te envidido!

Empiezo de nuevo. Bronca, la serie que los Globos de Oro han premiado en tres de sus principales categorías para televisión, es una ficción verdaderamente sorprendente (pocas veces me verás escribir esto) sobre personas con la cabeza muy desordenada, autodestructivas, insatisfechas, al borde de la depresión clínica, programadas desde su nacimiento para tomar malas decisiones, vacías y, por tanto, terriblemente humanas. Es una serie sobre las decisiones más imbéciles que podemos tomar en la vida, esas que, si estás medio bien, descartas inmediatamente (pero, ojo, las piensas). Básicamente nos dice a dónde nos llevan espiritual y literalmente. (La serie, por cierto, está basada en un hecho real que vivió el creador de la serie y que no fue más allá de un bocinazo y un grito.)

Este thriller existencial disfrazado de comedia negra (ya llegarás a la habitación del pánico, no te digo más) hace preguntas importantes y difíciles sobre el significado y el propósito de la vida y la naturaleza de las decisiones humanas (los títulos de los episodios están extraídos de fuentes tan dispares y sesudas como Franz Kafka o Sylvia Plath) y las aborda con una desarmante empatía. Para mí esa es la belleza de la serie de 10 episodios de Netflix. Habla sobre la mortalidad, sobre los mimbres que constituyen nuestra identidad como seres humanos... ¡sin una visión cínica! Madre mía, conseguir eso en un producto televisivo. A ver, que es un decir eso de que es 'televisivo'. Solo queremos la redención absoluta e inmediata de Amy y Danny, que algo llene su vacío, que algo acabe con su crueldad de rotonda por el carril izquierdo.

¿Nunca has estado enfadado con el mundo sin que el mundo tenga ninguna culpa? Los dos personajes protagonistas sacan su ira de sus propias decepciones, de esas humillaciones que vamos echando a la mochila año tras año. Nadie les ha hecho nada concreto para desencadenar su ira, están atrapados en su propia ira existencial (uf, lo mismo estoy proyectando aquí demasiado, pero es que la serie va a de esto exactamente). ¿Te he liado mucho? Venga, ahí va una explicación sencilla de la serie (y de paso a por qué la han premiado): ¿en qué se puede transformar ese sentimiento tan occidental de estar a la deriva y la impotencia surgida de la frustración cuando alguien hace sonar y alguien escucha un claxon que nunca debería haber sido presionado con una palma furibunda?

Ya que te tengo aquí, dos cosas. También se merecían un Globo de Oro Young Mazino, que da vida a Paul Cho, el hermano de Danny, y Maria Bello, que interpreta a Jordan, la empresa de supermegaexitototal que decide que Amy tiene que pasar a formar parte de su colección de objetos exóticos (no te he comentado el análisis socio-cultural de los asiáticos americanos en la serie, porque eso a los españolitos se nos escapa, pero tiene mucha tela también). Menos mal que sí están nominados a los Emmy.

Headshot of Rafael GalánPor Rafael Galán





 
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