Eugene Cernan es el último ser humano en pisar la Luna, lo hizo exactamente hace 51 años, el 14 de diciembre de 1972. Desde la hazaña de Cernan con el programa Apolo 17, nadie ha vuelto a nuestro satélite natural y eso ha generado muchas teorías conspirativas.
Teorías que apoyan la idea de que los alunizajes nunca tuvieron lugar y que las imágenes que se difundieron no fueron más que montajes del gobierno estadounidense. Hace unos años la NASA anunció que busca volver a la Luna con una misión tripulada llamada Artemisa, que por primera vez llevará a una mujer a pisar suelo lunar.
Pero mientras esto se concrete, queda la pregunta de por qué ni Estados Unidos ni ningún otro país volvió a enviar humanos a la Luna en todos estos años.
El profesor de Astronomía de la Universidad de California en Los Ángeles, Michael Rich, explicó a BBC Mundo, “No había una justificación científica ni política para volver”.
“En la práctica, es muy difícil convencer al Congreso de aprobar un presupuesto tan desmesurado cuando, desde el punto de vista científico, no había suficientes razones para regresar a la Luna”, comentó.
Durante los años del programa, el monto que destinaba el gobierno de EE.UU. para los planes de la NASA era casi el 5% del presupuesto federal. Actualmente, es de menos de 1%.
“En aquellos años, los estadounidenses estábamos convencidos de que destinar esa cantidad para estos proyectos era necesario. Después de esos años, creo que la gente no estaría muy convencida de que sus impuestos se destinaran para pasear por la Luna”, afirmó.
Otra de las razones, dijo Rich, es que la NASA pasó a encabezar otros proyectos de mayor relevancia científica: nuevos satélites, sondas a Júpiter, la puesta en órbita de la Estación Espacial Internacional, investigaciones sobre otras galaxias y planetas, entre otros. Para Rich, “el proyecto Apolo fue grandioso, pero poco productivo científicamente hablando”.
La nueva carrera
En los últimos años los potenciales viajes a la Luna comenzaron a ganar nuevamente interés y no solo de parte del gobierno de EE.UU. De hecho, en marzo el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo: “No se equivoquen: hoy estamos ante una carrera espacial, tal como lo estábamos en los años 60 y lo que nos jugamos es aún mayor”.
Cada vez son más las iniciativas estatales y privadas que no solo anuncian un regreso al satélite, sino ambiciosos planes de colonización, la mayoría de ellos basados en el abaratamiento de las tecnologías y la fabricación de naves espaciales.
Muchas iniciativas privadas buscan modelos de negocio espacial que van desde explotar los minerales que hay en la Luna hasta vender trozos del satélite como piedras preciosas.
Cada vez son más las iniciativas estatales y privadas que no solo anuncian un regreso al satélite, sino ambiciosos planes de colonización, la mayoría de ellos basados en el abaratamiento de las tecnologías y la fabricación de naves espaciales.
Muchas iniciativas privadas buscan modelos de negocio espacial que van desde explotar los minerales que hay en la Luna hasta vender trozos del satélite como piedras preciosas.
Y aunque Bridenstine declaró que “la carrera se ha terminado” y que fue ganada hace 50 años por EE.UU. al poner al primer ser humano en la Luna, otros países han logrado hitos pioneros en estos años.
En enero de 2019, por ejemplo, la sonda china Chang’e-4 alunizó con éxito por primera vez en el lado oscuro de la Luna.
En este sentido, Rich opinó: “Cuando tenés en cuenta el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado, te preguntás si es todavía necesario enviar a un hombre físicamente a la Luna para probar cualquier tecnología. Entonces entendés que las razones para volver escapan nuevamente a lo meramente científico”.
Con el nuevo proyecto de llevar humanos a la Luna, dijo Rich, “se quiere dar la idea de que Estados Unidos no se quedará atrás en la nueva carrera espacial”.
Dicho esto, dado los avances tecnológicos y la apuesta del sector privado por la conquista espacial, en su opinión una base en la Luna o en Marte estén lejos de una realidad.
“En menos de 100 años estoy casi seguro que ya la Luna nos quedará demasiado cerca y estaremos explorando otros lugares del universo”.
En enero de 2019, por ejemplo, la sonda china Chang’e-4 alunizó con éxito por primera vez en el lado oscuro de la Luna.
En este sentido, Rich opinó: “Cuando tenés en cuenta el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado, te preguntás si es todavía necesario enviar a un hombre físicamente a la Luna para probar cualquier tecnología. Entonces entendés que las razones para volver escapan nuevamente a lo meramente científico”.
Con el nuevo proyecto de llevar humanos a la Luna, dijo Rich, “se quiere dar la idea de que Estados Unidos no se quedará atrás en la nueva carrera espacial”.
Dicho esto, dado los avances tecnológicos y la apuesta del sector privado por la conquista espacial, en su opinión una base en la Luna o en Marte estén lejos de una realidad.
“En menos de 100 años estoy casi seguro que ya la Luna nos quedará demasiado cerca y estaremos explorando otros lugares del universo”.