Unos seis exempleados de Twitter denunciaron unas supuestas violaciones del código de construcción de las oficinas de San Francisco de la red social alertando a las autoridades locales, quienes comenzarán con las averiguaciones a la sede de dicha ciudad.
"Abriremos una nueva queja y realizaremos una investigación sobre estas nuevas acusaciones", afirmó al periódico San Francisco Chronicle Patrick Hannan, portavoz del Departamento de Inspección de Edificios de la urbe.
Hasta los momentos, Twitter no ha ofrecido comentarios al respecto, indicó el canal CNBC, que intentó ponerse en contacto con dicha plataforma.
Al respecto, un representante del Departamento de Inspección de Edificios en San Francisco indició que la queja se abrió el viernes por la mañana y que "todavía no se han tomado más medidas".
El requerimiento, interpuesto ante una corte de Delaware y encabezado por Joseph Killian, exgerente principal de proyectos de diseño y construcción global de Twitter, alega que la compañía infringió las leyes locales y federales, haciendo modificaciones inseguras a los espacios de trabajo.
Concretamente, se señala que, bajo la dirección de Elon Musk y X Corp., empresa matriz de Twitter, se ordenó a sus empleados convertir algunas oficinas en "habitaciones de hotel" e informar a los inspectores y al arrendatario que solo eran "espacios de descanso temporales". No obstante, los cambios estructurales iban más allá e incumplían códigos de seguridad, expone el documento.
De acuerdo con Killian, en esos dormitorios se instalaron puertas no autorizadas que "no cumplían los códigos de seguridad y salida" porque no se desbloquearían automáticamente en caso de incendio o terremoto. Además, se instalaron sistemas de calefacción y se desinstalaron sensores de movimiento porque molestaban a las personas que intentaban dormir, supuestamente violando tanto el código de construcción como el contrato de arrendamiento, indicó.
El exempleado asegura que el equipo de transición de Musk insistió en equipar las puertas con cerraduras baratas a pesar de sus advertencias de que eso impediría que "los socorristas pudieran acceder a las habitaciones". Killian recalcó que "a nadie le importaba" y renunció a su cargo en lugar de acceder a violar los códigos.
En enero, San Francisco había dictaminado que Twitter requería actualizar un permiso de construcción para instalar dormitorios, que aún no ha sido aprobado.
De acuerdo con CNBC, en la reclamación también se acusa a la empresa de incumplir el compromiso de pagar a los extrabajadores sus salarios atrasados, beneficios e indemnizaciones, y de discriminar a algunos empleados sénior por motivos de edad, género y orientación sexual cuando decidió despedirlos.
Killian y las otras cinco personas buscan una indemnización por despido, daños punitivos por "mala fe flagrante", presunto fraude y violación de las leyes locales y federales.