Aunque después de vomitar, naturalmente, una persona busca cepillarse los dientes para desembarazarse de la desagradable sensación que produce devolver el estómago, es una de las ideas que no sólo no son recomendables por los expertos, sino que sugieren que debe de evitarse a toda costa, pues esto podría afectar irreparablemente a la dentadura, pero ¿cuáles son estos riesgos y el motivo que los detona?
De acuerdo con "Avenues dentistry", el vómito es siempre una experiencia desagradable para la persona que atraviesa un malestar que le produce expulsar los alimentos que almacena en el estómago, por lo que inmediatamente después de devolver, la o el enfermo tiende a tener la necesidad de lavarse los dientes para restablecerse, sin embargo, esto es lo peor que puede llegar a hacer, pues aunque el no cepillarse puede mantener el mal aliento, el hacerlo podría impactar en su salud dental.
Esto se debe a que al vomitar parte de los ácidos del estómago suben a la boca, como es el caso del ácido clorhídrico, y por su potencialidad impacta directamente en las piezas dentales, pues el objetivo de estos ácidos es el de descomponer los alimentos a la hora que estos llegan al estómago, por lo que de la misma manera que se deshace del bolo alimenticio, también lo hace con los dientes, pues no hay manera en que los ácidos puedan identificar que se tratan de órganos mineralizados con los que no se debe de entrometer.
De esa manera, los dientes comienzan a ser carcomidos por el ácido clorhídrico, mermando la calidad del esmalte de las piezas dentales, produciendo que con el tiempo estos luzcan traslúcidos, sin embargo, las consecuencias pueden ser todavía más graves si, además, la persona se lava los dientes cuando este tipo de ácidos acaben de entrar en contacto con la boca.
Esto ocurre porque las pastas dentales están fabricadas con químicos abrasivos, así como otros elementos, los cuales se encargar de "pulir" nuestros dientes, lo que duplicaría el severo daño que producen los ácidos estomacales, los que -además- precipitan la aparición de caries.
Es por ello que las y los expertos recomiendan que, luego de vomitar, la persona espere un cierto tiempo antes de recurrir a la higiene bucal, por lo que, como "plan b", puede enjuagarse la boca con un poco de agua o, en su defecto, preparar una mezcla con agua y bicarbonato de sodio; otra técnica es utilizar en enjuague bucal diluido en agua, pues todos estos métodos pueden ayudar a generar una sensación de alivio mientras pasa el tiempo suficiente para lavarse los dientes sin ningún peligro.El tiempo de espera, según las recomendaciones, es de una hora aproximadamente. Además, se sugiere tener un "limpiador de lengua" en casa, que ayude a despegar el ácido estomacal y los rastros que de este se mantengan en la boca. Otro de los aspectos a considerar, según "Avenues dentistry" es el de consultar a la o el médico de cabecera si los vómitos son frecuentes, pues el impacto que esta actividad puede producir a largo plazo podría comprometer la salud de quien los padece.