#GASTRONOMIA: | Toda la verdad sobre el #restaurante Altum en #Caracas



  La ausencia de la grúa amarilla que sostenía la plataforma de 35 metros cuadrados, con 25 asientos para comensales, y que se podía ver desde varios puntos de Altamira, llamó la atención de quienes se habituaron a la estructura del restaurante Altum, un concepto gastronómico que generó polémica, sobre todo en redes sociales, desde su inauguración en diciembre.

Fue en Twitter donde comenzó el revuelo por el desmontaje de la grúa de Altum, una propuesta gastronómica que, según explicó en noviembre en una entrevista radial su propietario Nelsy Blanco, combinaba la comida con la adrenalina de degustar -a 50 metros de altura- un menú con costos de entre 50 dólares y 140 dólares por persona



Frenazo económico fue la expresión que usuarios de Twitter utilizaron para referirse al supuesto cierre de Altum tras el desmontaje de la grúa amarilla y la inactividad del lugar durante el último fin de semana del mes. Trabajadores de Altum consultados por El Pitazo el domingo en el sitio no confirmaron su cierre definitivo. Precisaron que la ausencia de la grúa amarilla se debe a un «mantenimiento necesario» de la estructura, cuya duración no podían especificar. «Es lo poco que sabemos», dijo uno de los empleados que prefirió reservarse su identidad.

La versión de los trabajadores de Altum no coincide con los reportes de varios medios digitales, como Noticias 24 horas o la plataforma de Unión Radio, MundoUR, que informaron sobre su cierre y que incluso citan supuestas declaraciones del propietario acerca de la «poca afluencia de comensales por miedo a las alturas».

Altum no reportó en su cuenta de Instagram el cierre de sus operaciones. El restaurante publicó contenido en esa red social por última vez el 22 de abril. Tampoco están habilitados los tres números telefónicos para reservas mediante el sistema de mensajería instantánea WhatsApp.

El caso Altum y la actividad económica 

Riesgo y polémica son dos de las palabras asociadas al restaurante Altum desde el inicio de su actividad. Su propietario, en la entrevista radial concedida al Circuito Onda en noviembre, calificó de exótico arriesgado el concepto de Altum. 

La adaptación que hizo Altum del servicio Dinner in the Sky, propuesta que surgió en Bélgica como marca internacional, no tardó en ser asociada con la expresión «Venezuela se arregló», una referencia sobre el insuficiente repunte de la maltrecha economía venezolana en 2022, luego de 27 trimestres consecutivos de contracción, desde 2014 hasta el tercer trimestre de 2021, según cálculos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

El revuelo sobre el supuesto cierre de Altum se produce en un contexto económico menos optimista que el registrado por entes y firmas económicas independientes en el inicio de 2022 y más complejo que el del último trimestre de ese año, cuando la actividad económica pasó de 11,5 % a 9,1 %, según estimaciones del OVF. Fue en ese momento cuando salió al ruedo en Caracas la propuesta gastronómica de Altum.

En medio de las versiones sobre su cierre, el caso Altum le sirve ahora a muchos -dentro y fuera de las redes sociales- para referirse ya no a la expresión de «Venezuela se arregló», sino a la caída de la actividad económica que en el primer trimestre de 2023 tuvo un descenso de -8,3 % frente al mismo período de 2022, de acuerdo con el OVF. 

En Twitter, donde el caso Altum fue tendencia en los últimos días, el economista y socio director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, resaltó que más allá del supuesto cierre del restaurante, el análisis sobre el «frenazo económico» en Venezuela es complejo.

«No sólo porque hay comportamiento desigual entre sectores, regiones y personas. Sino también por el efecto de la economía ilícita y las remesas. Además del grado de informalidad en el empleo y los negocios. Así qué hay ser cuidadoso en el análisis. En fin, lo menos relevante es que un ‘restaurante de altura’ cierre», escribió Oliveros.





 
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