El nombre del Tren de Aragua no es desconocido en Colombia, pues hace varios años opera en la frontera de Norte de Santander con Venezuela y ha recibido fuertes golpes en Bogotá.
Se trata de una megabanda, pues la componen entre 1.500 y 2.000 integrantes, considerada la más sonada de Venezuela, pues su objetivo ha sido aumentar el control territorial del narcotráfico y su poder sobre las cárceles.
El origen del Tren
Bien se sabe que este grupo criminal ha llevado sus actividades dentro y fuera de las cárceles, pero no nació precisamente allí. De hecho, sus orígenes datan del periodo entre 2013 y 2015, cuando sindicatos obreros que trabajaban en la construcción de un proyecto ferroviario -que nunca se concretó- se organizaron.
En ese entonces se dedicaron a los secuestros, robos y homicidios en Venezuela, pero pronto escalaron su presencia a otros países.
Aunque surgió fuera de las cárceles, es considerada «una pandilla de origen carcelario porque se fortalece dentro de la cárcel de Tocorón, una de las más grandes de Venezuela, ubicada en el estado de Aragua», señala Luis Izquiel, experto en materia criminal. Así el nombre cobra mucho sentido.
Sus creadores fueron Johan José Romer, alias «Johan Petrica», y José Gabriel Álvarez Rojas, alias «el Chino Pradera». Este último fue ultimado en un enfrentamiento con la policía en 2016.
Hoy en día el líder es alias «Niño Guerrero».
¿Cómo obtienen ingresos?
El Tren de Aragua cobra «la causa», un impuesto delictivo que «anualmente podría estar rondando entre 1 millón y medio y 2 millones de dólares, pero además controlan la venta de licor, la venta de drogas, apuestas ilegales, prostitución, etc.», narra Izquiel.
A su relato se une el del fotoreportero Jesús Moreno, quien asegura que tendrían poder sobre una mina de oro en el sur de Venezuela: «Ellos le dan un porcentaje a un representante del estado venezolano», añade.
Las prácticas allí no son precisamente amigables, pues, de acuerdo con Moreno, quien comete un delito allí es asesinado, «si es una mujer, la bañan en azúcar y la amarran a un árbol. En dos semanas muere por las picadas de las hormigas».
Se dice que 2019 fue el año en que más creció el Tren de Aragua, pues llegó el punto en el que robaban hasta 70 vehículos por semana. Izquiel señala que esto coincide con la llegada de Tareck el Aissami a la Gobernación del Estado.
Según recoge EL TIEMPO, sobre El Aissami pesan graves acusaciones por narcotráfico y colaboración con el terrorismo que, en julio de ese año, llevaron a las autoridades estadounidenses a ofrecer una recompensa de 10 millones de dólares por su captura tras ser condenado por una corte federal.
Publicado en: elnacional.com