Estados Unidos se ha caracterizado por ser el país con el mayor índice de consumo de drogas ilícitas, pasando desde la marihuana (ahora legalizada hasta en la NBA), la cocaína, el crack, la heroína, hasta llegar a drogas sintéticas como el éxtasis, el valium y ahora el fentanilo.
Desde finales del siglo XIX la sociedad estadounidense se ha caracterizado por tener altos índices de consumo de drogas ilícitas. Lo primero fue la morfina, pero con la llegada del siglo XX, los consumidores, que crecían año tras año, comienzan a usar la cocaína y posteriormente la heroína.
Para la mitad del siglo XX, la masa creciente de adictos comienza a utilizar drogas sintéticas, problema que se incrementó en la década de los 60 y 70 en el grupo de jóvenes que habían formado parte de las tropas de Estados Unidos en Vietnam.
Valium, LSD, Éxtasis, entre otras drogas sintéticas avaladas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), se esparcieron entre los adictos en territorio norteamericano, convirtiéndose en la primera causa de muertes entre jóvenes durante muchos años, situación que aún se mantiene y que se ha acrecentado con la llegada del fentanilo.
¿Qué es el fentanilo?
El fentanilo es un potente opioide sintético (que está aprobado por la FDA) que puede ser recetado para tratar el dolor intenso relacionado con la cirugía o con condiciones de dolor complejas.
Con el potencial de ser 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina, en la actualidad es el mayor causante de muertes por sobredosis en jóvenes, registrándose un aumento de casi el 100% de los decesos como consecuencia del uso de esta droga entre los años 2019 y 2021, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Según estimaciones de la CDC en territorio estadounidense se registran 200 muertes diarias por sobredosis con este potente opioide y para el 2021 la cifra de decesos se ubicó por encima de las 71 mil personas.
Además, los datos de la Familias contra el Fentanilo (FAF por sus siglas en inglés), los cuales fueron avalados por la CDC, revelan que las muertes en menores de 14 años por sobredosis se cuadruplicaron como consecuencia del consumo de este opioide.
Las autoridades del país norteamericano han decidido señalar como principal causante de esta epidemia de consumo de fentanilo, a los fabricantes ilegales que con frecuencia le añaden este opioide a otras drogas para hacerlas más potentes y más adictivas.
El fentanilo fabricado ilícitamente se encuentra disponible en el mercado de drogas en diferentes formas, entre ellas como líquido y como polvo.
Guerra fracasada
Desde la década del 60 y 70, año en que se considera como el inicio del consumo de las drogas sintéticas por parte de la población en Estados Unidos, se inició una llamada “guerra contra las drogas” al considerar que el incremento en adictos que se registraba anualmente, así como el número de muertes por sobredosis, eran un problema de seguridad nacional.
La Ley de Sustancias Controladas, promovida por el congreso estadounidense en la era de Richard Nixon, fue el punto de partida para este plan de combate al tráfico de sustancias ilícitas que solo ha dejado centenares de miles de muertos y millones de desplazados en América Latina (región utilizadas por los carteles para la siembra y procesamiento de drogas), y contrario a lo que se esperaba, desde aquellos años 70 a la fecha en lo que se han invertido más de 50.000 millones de dólares, el consumo no hace sino aumentar.
A esto se suma que cerca del 22% de la población carcelaria del país esté tras las rejas por delitos relacionados con la tenencia y el consumo de estupefacientes, siendo en su mayoría afroamericanos y latinos.
Según cifras ofrecidas por el Centro Nacional de Estadísticas sobre el Abuso de Drogas (Ncdas por sus siglas en inglés) Estados Unidos poseía no menos de 32 millones de consumidores activos de drogas (11,7 % de la población); que van desde marihuana hasta opioides, dejando en evidencia la ineficacia de su plan de combate al narcotráfico.
Problema Made in USA
Pese al fracaso estrepitoso del modelo de combate al problema de las drogas implementado desde Nixon hasta la actualidad, sectores conservadores insisten en ubicar el problema interno de los Estados Unidos con las drogas en agentes externos.
Colombia y México han sido los principales ejes de acción de las políticas extraterritoriales de las autoridades estadounidenses, que tras crear en 1973 la unidad de Administración y Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) extendió sus brazos en la región donde realiza operaciones antidrogas –algunas sin el aval de los gobiernos en los territorios donde actúan- y negocian con carteles a espaldas de las autoridades del país donde operan.
Tras la crisis del fentanilo, los sectores conservadores de la política norteamericana como el senador republicano Lindsey Graham, han decidido apuntar contra México, llegando incluso a la propuesta de invadir a la nación azteca con fuerzas militares estadounidense.
“Últimamente, de manera falaz e irresponsable, algunos legisladores de Estados Unidos han culpado a México de la desgracia que padecen en su país a causa del consumo de fentanilo. Inclusive han llegado a decir que si no detenemos a las bandas del narcotráfico que operan en México y que introducen esta droga, podrían presentar una iniciativa a su Congreso para que las fuerzas armadas de Estados Unidos invadan nuestro territorio. Tales planteamientos son en sí mismos una falta de respeto y una amenaza inaceptable a nuestra soberanía”, leyó AMLO en la carta.
Otro de los países señalados, es China, nación a la que desde EEUU se acusa de ser fabricante del opioide que es enviado a carteles mexicanos para que desde ahí la introduzcan en territorio estadounidense.
Ante esto la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, negó tal acusación y, tras rechazar las amenazas contra México que sostuvo evidencian “las prácticas hegemónicas y de acoso” de Estados Unidos, recalcó que el problema del abuso de fentanilo es totalmente de fabricación estadounidense.
“El origen de la causa de las sobredosis está en Estados Unidos. El problema es totalmente ‘hecho en Estados Unidos’. Ellos deben enfrentarse a sus propios problemas y tomar medidas más significativas para reforzar las normativas nacionales y reducir la demanda”, exhortó.
Sin solución al consumo
Ante la evidente incapacidad para detener el creciente consumo, entre las soluciones planteadas dentro de Estados Unidos para evitar las muertes por sobredosis que van en aumento a causa del fentanilo, la FDA aprobó la comercialización sin restricción del Narcan, un medicamento utilizado para combatir los efectos de sobredosis por opioides.
El fármaco es un aerosol nasal, también conocido como naloxona. Se podrá adquirir con un copago del seguro o asumiendo todo el costo. El precio de dos dosis de Narcan es de aproximadamente 50 dólares.
Según publicación de la VOA, los médicos advierten que el Narcan sirve para sobredosis puntuales y aclaran que no es efectivo para los que sufren estos efectos de forma regular ya que podría causar lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
“Ese síndrome puede provocar efectos severos, como convulsiones o puede llevar a paro cardiaco también”, detalla el doctor Carlos Riveros, médico general residenciado en Miami.
Al problema del fentanilo se suma la reciente detección del consumo de xilazina; un potente sedante, miorrelajante y analgésico para animales.
Según informes de la DEA “se han encontrado mezclas en 48 de los 50 estados del país. Y casi el 30 % del fentanilo incautado durante el año pasado contenía esta sustancia” que aseguran posee un potencial mortal superior al opioide.
Con un historial de 50 años de fracaso de lucha armada contra un flagelo que sigue en incremento en una sociedad fundada en el consumismo, a lo que se suma la crisis económica que afronta este país con 50 millones de pobres y una inflación histórica, además de la ausencia de políticas efectivas para evitar el consumo en jóvenes, permiten visualizar que esta tendencia al consumo de drogas no disminuirá por haberse convertido la principal vía de escape para una población sumergida en una crisis de valores donde el racismo, el supremacismo, la violencia y la desigualdad se imponen como la realidad del llamado “sueño americano”.
Por: JESÚS INOJOSA