Víctor se disponía a cruzar la avenida Bolívar de Maracay cuando observa un carro verde, era un Dodge Dart el cual tenía la máquina a tono. Cuando Víctor se encima sobre la avenida escucha al mismo tiempo que el conductor del carro aceleró.
El hombre sintió que el conductor había colocado el vehículo a todo lo que daba y venía con todo hacía el. Aprovechando la baja isla que tiene la vía corrió esquivando al carro. Mientras que una carcajada macabra se escuchó desde el vehículo.
Era 1992 los habitantes de la ciudad jardín aprovechaban los viernes para salir en esos días a disfrutar pasada la medianoche por los restaurantes. Williams iba en su Chevette por la avenida Las Delicias cuando vio que el Dodge verde lo tenía encima.
Prefirió apartarse pero el carro continuaba tras su paso. “Y a este que le pasa, si vas a pasar, pasa”, decía el contador. Le dio temor lo incisivo que era el conductor al estar cerca del parachoque trasero.
Ya cerca del zoológico vio como el Dodge le pasó por el lado intentando trancarle el paso. ¡Bueno mano entonces!, dijo mientras se reponía del susto. El carro verde huyó del lugar aquella noche de septiembre.
El carro verde
Cecilia y Ramón venían como dos enamorados sonriendo por la avenida Ayacucho, en aquel octubre de 1992. Luego de un juego de beisbol en el Pérez Colmenares venían agarrados de la mano. Cuando el conductor del carro se paró lentamente.
La pareja iba en la acera y esperaban que el conductor bajara el vidrio, pensaron que era algún taxi pirata. Pero les atemorizó que el conductor no bajara el vidrio. Luego aceleró para dar la vuelta en U e intentar embestirlos. La pareja saltó presa del miedo intentando esquivar el carro.
Hay unas cuantas historias de ese carro el cual lo veían en aquellos años en horas de la madrugada transitando a toda velocidad por las avenidas. Pero muchas personas le temían al escuchar el sonido del motor.
Se ha hablado mucho del Dodge verde el cual incluso lo colocan como un carro que tiene una gran máquina. Pero que nadie sabe quién es el conductor. Desde finales de los años noventa las personas cruzan en la ciudad jardín con el temor de encontrarse en la madrugada con el conductor de ese carro.
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