Este 15 de diciembre, Venezuela conmemora 22 años de una de las catástrofes naturales más trascendentes en la historia contemporánea. Tras varios días de intensas lluvias se ocasionaron deslaves e inundaciones sobre el Litoral Central del país, lo que finalmente se conocería como la Tragedia de Vargas.
Lo ocurrido en el entonces estado Vargas, actualmente La Guaira; ocasionó conmoción y duelo nacional por la desaparición física de miles de personas, sumado a la destrucción de distintas poblaciones de la zona y daños que hasta la fecha son irreparables.
Ese día, mientras los embates de la naturaleza ocasionaba que la montaña y el mar se unieran, el resto del país participaba en la realización de un referéndum popular para la aprobación de una nueva constitución.
"Aquel año la temporada de lluvias había sido especialmente intensa y ya había habido inundaciones fuertes en el estado Anzoátegui y en otros lugares del país", señaló a la BBC, el ingeniero Ángel Rangel quien para esa época el director nacional de la Defensa Civil.
Finalmente, sucedió el evento climático que derivó en la peor tragedia natural más grande en la historia reciente de nuestro país.
Miles de voluntarios provenientes de todas partes de Venezuela, acudieron al llamado de socorro de las víctimas, iniciando así un operativo de emergencia y rescate sin precedentes, donde poblaciones enteras quedaron sepultadas en agua, escombros y barro.
Escenas espeluznantes fueron televisadas por los medios de comunicación que días después del "El día que la montaña se tragó al mar", como lo describen muchas de sus víctimas, lograron acceder al litoral central, debido a la obstrucción de las principales vías, aquellas en las que a pesar de ser interrumpida por aludes de tierra, aquellas personas que ya lo habían perdido todo, deambulaban con la intención de escapar de aquel doloroso desastre.
"Caminaban descalzos, desnudos, sin saber dónde estaban sus seres queridos. Muchos parecían zombis", es el testimonio de Derbhys López, que para aquel entonces era una joven voluntaria de Defensa Civil.
José Gregorio, una de las víctimas, buscó durante años a sus hijos desaparecidos. Muchos fueron los que denunciaron la desaparición de sus pequeños tras entregarlos vivos a helicópteros de evacuación o tras ser separados de sus familias en medio de la confusión, reseñó BBC.