Con esto de los viajes de millonarios al espacio cada vez vemos más cerca la posibilidad de cumplir lo que tantos años nos ha prometido la ciencia ficción. Cada vez vemos más cerca esa ciencia y más lejos esa ficción, pero no será por las necesidades del ser humano, sino por la prometedora suma de dinero más aburrimiento.
Sea como sea ya no vemos que lo de mudarnos a Marte vaya a ser un recurso de última hora, a la desesperada. Más bien será algo progresivo, que comenzará con científicos y seguirá con millonarios. Pero el viaje al espacio nunca será seguro ni cómodo. De hecho, nuestro cuerpo tendría que cambiar bastante. Si la NASA nos ofrece 11.000 € por vivir en cama dos meses para comprobar los cambios en nuestro organismo, imaginad lo que puede suponer el hecho de vivir toda una vida en otro planeta. Y sí, esto incluye Marte aunque haya indicios de que la vida surgió en Marte y luego fue a la Tierra.
astronauta y marte
De eso precisamente habla el Doctor Scott E. Solomon, de la Universidad de Rice, para Inverse. En la misma asegura que las primeras generaciones de Marte tendrán una alta tasa de mortalidad, pero que eso hará que los supervivientes transmitan sus mutaciones aceleradamente. Es decir, un proceso darwiniano acelerado y necesario. Para Scott, uno de los principales y primeros cambios en nuestro cuerpo será la desaparición del sistema inmunológico, ya que quedaría inservible en en el planeta estéril. Por supuesto, si esto sucedería, los seres humanos de Marte no se podrían no rozar con los de la Tierra sin arriesgarse a un peligro mortal.
También afirma que la densidad de los huesos de nuestros colonos marcianos aumentaría de manera notable, lo que haría nuestro esqueleto más resistente a fracturas aunque puede suponer complicaciones en la infancia. También podría haber problemas de miopía, un mal común ya entre los astronautas de misiones prolongadas. Esto se debe a problemas vasculares provocados por la mayor presión en el espacio o por la mayor cantidad de líquido cefalorraquídeo, que aumenta notablemente en los que pasan un largo tiempo en el espacio. Aún así, Solomon afirma que esto puede deberse a los pequeños espacios en los que se desarrollan las misiones espaciales, por lo que en Marte todavía estaría por comprobar.
astronautas en marte
Por supuesto, este nuevo entorno podría propiciar nuevos tonos de piel, ya que aquí desarrollamos melanina para luchar contra los rayos ultravioleta y en Marte habría que desarrollar otros pigmentos contra la radiación. Otro paso fundamental de los supervivientes será aprender a utilizar el oxígeno de manera más eficiente. Por razones obvias, la principal medida para colonizar con éxito el planeta sería mandar un grupo con la mayor diversidad genética posible para aumentar las probabilidades de mutaciones adecuadas al entorno.