¿Has sentido alguna vez que tu ‘smartphone’ o tu tableta recoge tus conversaciones? ¿Has recibido anuncios de viajes a Rio de Janeiro justo después de hablar con tu mejor amigo de ese destino para las vacaciones?
Leyenda urbana o realidad: ¿realmente me escucha mi teléfono?
La proliferación de micrófonos en nuestros celulares y los altavoces inteligentes -como el sistema Siri de Apple o Alexa, creado por Amazon– hace pensar que cualquiera puede escucharnos y que nuestra privacidad está en jaque.
Zoe Kleinman, corresponsal de tecnología de la BBC, contó esta semana en el programa Bussines Daily una experiencia espeluznante que tuvo cuando su teléfono parecía escuchar una de sus conversaciones y cómo esto la llevó a descubrir lo fácil que es hackear el micrófono de alguien y espiarle.
“Hace unos años estaba hablando con mi madre en su cocina y me contó que un amigo de la familia había muerto en un accidente de tráfico en el extranjero. Recuerdo que mi teléfono estaba a mi lado”.
“Fue un accidente dramático, así que busqué si algún medio de comunicación había escrito algo de eso. Empecé a escribir en el buscador el apellido de la familia, mientras veía que el texto predictivo me sugería correctamente el nombre”.
“¿Cómo era posible que el buscador me ofreciera esa posibilidad cuando, en realidad, ningún medio había escrito nada sobre el accidente?”.
¿Coincidencia?
Puede ser, pero Kleinman empezó a investigar si realmente era posible que nuestros dispositivos estuvieran recogiendo nuestra voz.
Para ello, llamó a un experto y le desafío a crear una aplicación que enlazara el micrófono de su smartphone con una laptop.
“Lo que me pareció más alarmante de todo es que fue capaz de desarrollar esa aplicación en un par de días”.
Lo probaron y el sistema fue capaz de hacer que al ordenador llegara texto que reproducía la conversación escuchada por el teléfono.
Si ellos podían hacerlo, ¿qué no conseguirán las grandes tecnológicas?
“En realidad es un gran riesgo para ellas. Espiar es ilegal. No puedes recabar datos de la gente sin haberles pedido permiso explícitamente”, afirma.
Pero Kleinman quiso recalcar durante la entrevista que ella y el especialista pudieron demostrar que grabar del micrófono era fácil, pero no pudieron demostrar que eso estuviera pasando realmente.
“La conclusión a la que llegamos es que si es posible, es probable que haya gente intentando activar el control por voz. Nos hemos rodeado de estos dispositivos y nos están escuchando a la espera de palabras de control que los activen”, dice.
“Todas las compañías niegan absolutamente que usen los datos recabados por voz y niegan que compartan esos datos con terceros”, apunta la periodista de la BBC.
Software por US$5
Pero si hay alguien que demostró lo fácil que es hackear el micrófono de alguien fue el cineasta holandés Anthony van der Meer cuando dejó que su teléfono fuera robado a propósito para poder usarlo en secreto grabando al ladrón.
Instaló una aplicación muy sencilla que le permitía hacer todo lo que hace con su teléfono normalmente, pero de forma remota.
Esa aplicación iba a funcionar siempre, incluso aunque el ladrón reiniciara el smartphone.
“Podía ver los contactos, los mensajes, grabar audio, video, tomar fotos”, dice. En definitiva, tenía acceso a todo.
“Me di cuenta de todo lo que compartimos con nuestros teléfonos y de que es el dispositivo perfecto para espiar porque la gente lo lleva todo el tiempo consigo. Tiene micrófono, cámara e incluso GPS que te permite saber dónde está la gente. No nos damos cuenta del daño que puede hacer”, afirma van der Meer.
Por ejemplo, el cineasta supo de su ladrón tras mirar los registros del GPS que frecuentaba albergues para gente sin techo.
Además grababa 30 segundos de conversación dos veces al día. Si le parecía interesante, grababa más tiempo.
La aplicación que había descargado en el teléfono que fue robado le permitía incluso ver cuándo el celular estaba online y le mandaba un texto de las conversaciones grabadas a su mail.
“Es una aplicación muy útil y fácil de manejar”, asegura.
Además es un software legal y no muy caro. “Creo recordar que me costó unos US$5 la suscripción de por vida”.
Otra de las cosas que destaca Van der Meer es el poder del micrófono.
“Incluso aunque lo llevara metido en el bolsillo, las conversaciones eran bastante claras y nítidas”.
“En realidad, asusta mucho saber que incluso para una persona como yo, con unas habilidades tecnológicas limitadas, es muy fácil”.
Y cuando es tan fácil hacerse con tus datos, la extorsión o el chantaje están a solo un paso.
“La aplicación puede hacer streaming, es decir, grabar en directo lo que esté haciendo la persona en ese momento, ya sea en vídeo o audio”, cuenta el cineasta.
El teléfono, al microondas
“Si estoy una conversación delicada, dejo el teléfono en el microondas. Y si quiero estar completamente segura de que no me escuchan, lo enciendo durante 30 segundos”, dice la experta en seguridad Lisa Forte, bromeando sobre destruir tu smartphone como una medida para proteger tu intimidad.
Porque si algo tiene claro esta experta es que, en efecto, nuestros teléfonos nos escuchan.
Pero ¿qué pasa con la información que nuestros dispositivos recogen a través de los micrófonos?
El problema para ella empieza cuando descargamos aplicaciones.
Recuerda, sin decir nombres, una aplicación que en su letra pequeña decía “no almacenaremos ningún audio en nuestros servidores”.
“Para mí, es una cosa muy rara de decir, porque si no estuvieran acumulando ninguno de los datos que recogen sobre nosotros, dirían eso mismo: “ningún dato será recabado”. Creo que podrían estar transcribiendo el audio y eso es lo que almacenan: un texto sobre nuestro audio”, explica Forte.
Todo esta recogida de datos se usa, en este caso, con un objetivo comercial, pero si las compañías almacenan nuestros datos entonces los hackers pueden robarlos y usarlos contra nosotros.
¿Cómo protegerse?
Entonces ¿qué puede hacer la gente para protegerse?
“Nunca tengo una conversación importante cerca de mi teléfono, pero lo que es importante con los smartphoneses tener actualizado el sistema operativo. Cada vez que salga uno nuevo, actualiza tu teléfono inmediatamente”, recomienda la experta.
Si existiera alguna sospecha o brecha sobre el sistema fabricado para el teléfono, el nuevo sistema arreglaría eso.
Y por último, hay que tener mucha cautela con las aplicaciones que descargamos y con los permisos que les damos.
¿Es realmente necesario que ese juego que tanto nos gusta tenga acceso a nuestra cámara? ¿Para qué?
“Otra cosa que hay que tener en cuenta es que hay aplicaciones que activan el micrófono y esto nos consume datos y batería”, recuerda Kleinman.