Entre los mayores placeres de la vida están los orgasmos. Para las mujeres son esos momentos de climax en donde se estimulan todas las terminaciones nerviosas en torno al clítoris. Es un proceso no solo físico, sino también mental que no todas conocen o se dificulta llegar a él, eso se llama anorgasmia.
La anorgasmia representa problemas para llegar al orgasmo, aun y cuando hubo una estimulación sexual constante, tomando en cuenta que alcanzar el clímax de un encuentro depende de cada mujer, su nivel de sensibilidad y si está relajada.
Es importante tomar en cuenta que la penetración vaginal no es sinónimo de orgasmo, pues este depende más de la estimulación del clítoris. Esta puede darse con tocar ese pequeño pero poderoso órgano de las mujeres.
De acuerdo con datos del estudio de Evaluación y tratamiento de la anorgasmia femenina, de Francisco Cabello Santamaría, del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, la anorgasmia es la segunda causa de consulta en este espacio.
Según datos de la clínica mayo, existen diferente tipos de anorgasmia: una de ellas es en la que nunca se ha sentido un orgasmo; otra es la adquirida, en la que se solía tenerlos, pero ahora hay dificultad para llegar al climax; la anorgasmia circunstancial depende del momento y la estimulación o la pareja; y la anorgasmia generalizada, no se puede tener de ninguna manera.
Las causas de la anorgasmia son diversas y van desde causas físicas, emocionales y hasta sicológicas. Las primera dependen incluso de enfermedades o problemas ginecológicos; las otras pueden provenir de experiencias actuales o pasadas que impiden que el orgasmo se dé.
Bajo cualquiera de estas circunstancias no está de más ir con un especialista y eso sí: nunca finjas un orgasmo por complacer a tu pareja, es mejor enfrentar la realidad para poder disfrutar de este placer sin restricciones.
