Han pasado más de medio año desde que Disneyanunciase su intención de comprar la mayoría de las divisiones de cine y televisión de 21st Century Fox. Una maniobra que dio pie a una guerra empresarial con el gigante de la comunicación Comcast, quien se mostró lo suficientemente interesado por efectuar la misma transacción que Disney, elevando la cifra de la oferta inicial de los 52.400 a los 65.000 millones de dólares.
Tras la última contraoferta realizada por la casa de Mickey Mouse y la posterior retirada de Comcast de la astronómica puja, la potencial adquisición se sometió al voto de unos accionistas que hoy ha dado sus frutos, resultando en el cierre definitivo del acuerdo entre Disney y Fox valorado finalmente en 71.300 millones de dólares.
La fusión entre ambas compañías, que se hará efectiva presumiblemente durante la primera mitad de 2019, ha sido definida por Gerson Zweifach, consejero general de 21st Century Fox como "una transacción transformadora que permitirá desbloquear grandes valores para los accionistas".
Pero, a efectos prácticos, la compra efectuada por Disney implicará el control de esta sobre los grandes y pequeños estudios propiedad de FOX, así como ciertas secciones de su división televisiva no relacionadas con deportes o informativos.
Aunque la mayor alegría para el fandom, probablemente se encuentre en las crecientes probabilidades de que personajes Marvel propiedad de FOX como los X-Men o Los Cuatro Fantásticos puedan incorporarse tarde o temprano al Universo Cinematográfico Marvelita. Unas licencias a las que habría que sumar las de sagas como 'Avatar', 'El planeta de los simios', o los derechos de distribución de la trilogía original de 'Star Wars'.
Sin duda, esta es una noticia que marca un antes y un después en la industria cinematográfica —y, en menor medida, en la televisiva—; suponiendo un paso más allá en el crecimiento incansable de una Disney que, progresivamente, está incrementando su poder hasta límites inimaginables.