Poco imaginaron Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz que su hija Letizia estaba
destinada a escribir una página en la historia de España. La periodista
asistió a una cena y allí conoció al hombre que cambiaría su destino.
Dicen que para don Felipe fue un flechazo. Ella se mostró cauta, por ser vos quien sois. A sus cuarenta y cinco años, la reina Letizia
nada tiene que ver con aquella chica que amaba el periodismo. De ser
una joven de clase media, ha entrado en el universo de los millonarios.
Te contamos en cuánto está cifrada su impresionante fortuna.
Fin de una época
La Casa Real necesitaba aires nuevos cuando el príncipe se ennovió con Letizia. El pacto de silencio que suscribieron los medios más importantes del país empezaba a ser papel mojado. Don Juan Carlos, acostumbrado a que nada de lo suyo trascendiera, temblaba ante lo que se le venía encima. Mientras tanto, doña Sofía se centraba en sus hijos.
Don Felipe sabía del problema que representaban algunos aspectos de la vida de su novia. De ahí que pusiera en marcha la Operación Silenzio. Se trataba de que nada trascendiera sobre su relación con Letizia Ortiz. Si lo suyo con Eva Sannum había causado un tsunami en los medios, sabía que con la periodista se repetiría corregido y aumentado.
Matrimonio por amor
Cuando el príncipe y Eva Sannum
lo dejaron, él afirmó estar roto. Sin embargo, escuchó los consejos que
le hicieron llegar y renunció a la noruega. Eso dejó en él un pozo de
malestar que le hizo prometerse que algo así jamás volvería a ocurrir.
Nunca sabremos si los sentimientos de don Felipe hacia Letizia fueron más fuertes que los que tuvo hacía Eva. Lo que sí está claro es que no iba a dejar pasar el tren del amor otra vez.
Don Felipe para
nada quería un matrimonio como el de sus padres. Eso de casarse con
quien debía era algo que tenía descartado. Buscaba una compañera de vida
para compartir todo. Por tanto, el ejemplo de su padre no era un modelo
a seguir. De hecho, el rey ha sido una de las personas que más ha
apoyado y consolado a doña Sofía en los momentos en que don Juan Carlos no ha sido un marido ejemplar.
El pulso del príncipe al rey
Tal como era de esperar, don Juan Carlos se opuso a la elección sentimental de su hijo. Le dijo que Letizia no era la indicada. Sin embargo, don Felipe
estaba ya decidido y echó un pulso a la corona. Amenazó con renunciar a
sus derechos sucesorios si no aceptan a su novia. Mientras el padre
analizaba la situación, el hijo desapareció.
En Zarzuela no sabían dónde estaba el heredero. Mientras tanto, el protagonista disfrutaba de unos días de amor con Letizia en Nueva York. El rey creyó que su hijo cedería. Se dio cuenta de que no era así cuando dio la espantá en la fiesta del 12 de octubre. Ahí don Juan Carlos vio que Felipe no iba a dar el brazo a torcer y lo dio él.
Letizia se libera
Los primeros años de doña Letizia como princesa fueron
muy difíciles. No acababa de encontrar su lugar. Perfeccionista en
extremo, quería desempeñar su nuevo papel sin errores. Mientras tanto,
algunos observaban esperando que tuviera un traspiés. Parecía que la
familia Borbón estaba unida pero no era así.
La abdicación de don Juan Carlos abrió un nuevo capítulo. Para entonces, doña Letizia
ya había adquirido más seguridad y sabía que, a partir de ese momento,
ella y su marido tenían el mando. Consiguió liberarse de la pesada
mochila que llevaba a cuestas y nació una nueva mujer. Había llegado el
momento de reinar. Y sí, ella estaba preparada para hacerlo, por
supuesto, como consorte.
De la opacidad a la transparencia
La vida cambió para la familia real cuando don Felipe
llegó al trono. Se acabó la opacidad y la Casa Real abrió las ventanas a
la transparencia. Si los españoles poco o nada sabían del manejo que
don Juan Carlos hacía del dinero que recibía de los presupuestos generales, ahora todo era diferente.
Para
evitar que se repitiera el escándalo provocado por el Caso Noos, el rey
firmó un decreto que recogía que ningún miembro de su familia podía
trabajar en el sector privado. Fueron las consecuencias del mal hacer de
la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín.
Las últimas informaciones aseguran que el rey emérito estaba al tanto
de lo que se cocía en el Instituto que su yerno fundó con su socio.
Cambios drásticos en Casa Real
Don Felipe despojó a Cristina e Iñaki
del título de duques de Palma. En su ánimo estuvo que su hermana
renunciara al título de infanta. Sin embargo, se negó en rotundo. Nació
hija de reyes y así quería seguir hasta su muerte. Noos afectó a la
infanta Elena, se la apartó de las tareas de representación de la monarquía por si acaso.
El tiempo ha demostrado que Elena
no había tenido nada que ver en los chanchullos de su hermana y su
cuñado y de ahí que haya sido rehabilitada. Lleva ya varios actos a sus
espaldas y parece que así va a seguir. Una pena que no se entienda con
doña Letizia. Cuando están juntas, ni se miran, ni se hablan. Cosas de casa.
La ley del silencio
A sus cuarenta y cinco años, doña Letizia pisa fuerte. Ya nada queda de la periodista que se enamoró de don Felipe.
Ha aprendido que los reyes siempre están solos porque no pueden fiarse
de nadie. La pareja está muy unida. Son ellos y sus hijas, Leonor y Sofía.
Es cierto que la reina mantiene contacto con un grupo de amigas pero es
improbable que con ellas hable de asuntos relativos a la monarquía.
En cierta ocasión se comentó que las infantas Leonor y Sofía
no podían comentar con sus compañeros de clase nada de lo relativo a lo
que ocurría en su casa. Se antoja difícil dominar a unas niñas en este
sentido, y más con lo que tienden a comunicarse a estas edades. Sin
embargo, crecen con esta premisa.
La impresionante fortuna de Letizia
Los cambios físicos de doña Letizia han
causado aplausos y rechazo. Mientras unos consideran que es lícito
mejorar, otros deploran su devoción por las medicina estética. Su
prominente apéndice nasal dio paso a otro más pequeño y acorde con sus
facciones. Su rostro no luce igual desde que le aplican esos cocktails
de vitaminas. Lo que antes era una piel apagada, hoy está hidratada y
luminosa. El botox frena sus arrugas. Sin duda, está estupenda.
Pero no solo ha cambiado a nivel físico, también económico. Y es que según un medio británico, en 2014 la reina Letizia había amasado una fortuna de ocho millones de euros. El mismo medio aseguraba que don Felipe
tenía dieciséis millones de euros. Sin duda, cantidades nada
despreciables y que explicarían algunos caprichos que la pareja se ha
dado.
Las vacaciones reales de lujo
La política de austeridad impuesta por don Felipe
contrasta con el gasto que hicieron en 2016. El rey, la reina y sus
hijas disfrutaron en ese verano, concretamente del 13 al 20 de agosto,
de un velero de lujo cuyo alquiler semanal es de 32.000 euros. La
familia recorrió la costa croata con la intimidad que le gusta a la
reina Letizia.
El tema de las vacaciones privadas, que para doña Letizia
son sagradas, es motivo de fuertes críticas. Algo le pasa a la reina
con Mallorca que no es capaz de pasar cinco días seguidos en la isla. Y
cuando está allí, apenas se deja ver. Si hace unas semanas se daba por
seguro que los reyes, sus hijas, los reyes eméritos y las infantas, Elena y Cristina se dejarían ver por Palma en agosto, ahora todo está en el aire tras las polémicas grabaciones publicadas donde Corinna ha denunciado graves irregularidades de don Juan Carlos en relación a su gestión patrimonial y económica.