Joshua Holt, el ciudadano estadounidense liberado el pasado 26 de mayo por el Gobierno de Nicolás Maduro, narró hoy la pesadilla que él y su esposa, Thamara, vivieron durante sus casi dos años de reclusión en Venezuela.
"Me pusieron en una celda que no era más grande que una cama sencilla", relató Joshua, un joven mormón nacido en Utah que viajó a Venezuela en junio de 2016 para casarse con la venezolana Thamara, en una entrevista con el programa "Today" de la cadena NBC.
Acompañado por su esposa y sus padres, Joshua relató que en la celda de la sede de los Servicios Bolivarianos de Inteligencia permanecía "literalmente" tirado en suelo en ropa interior mientras las cucarachas trepaban sobre él.
"Si tenía que usar el baño, tenía una botella o un periódico", recordó, al indicar que al principio fue "horrible".
Holt, quien fue recibido en la Casa Blanca por el presidente estadounidense, Donald Tump, ratificó que ninguna de las acusaciones que le hicieron eran ciertas.
Joshua y Thamara Holt fueron detenidos en junio de 2016 dos semanas después de su boda, tras una redada en la que las autoridades venezolanas dijeron haber encontrado rifles y munición, una granada y mapas detallados de Caracas.
Relató que ese día agentes de Policía llegaron hasta el apartamento donde se encontraba, le preguntaron a su esposa si había un hombre en el lugar y ante su respuesta positiva entraron a hacerle preguntas.
Los policías regresaron media hora después para llevarlos detenidos.
Según dijo, su esposa permanecía en una celda junto a 23 mujeres y era sometida a presiones.
"Estaban tratando de hacer que ella fuera en mi contra", aseguró el joven, quien explicó que intentaban que ella lo señalara de ser una mala persona.
La madre de Joshua, Laurie, contó visiblemente emocionada su lucha por exponer ante el público y el Gobierno estadounidense la situación de su hijo, y su alegría cuando recibió a su hijo y saber que estaba de vuelta en sus brazos.
Según explicó el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, esta liberación se produjo "en aras de la paz, de la reconciliación nacional y también en el objeto de continuar (...) todos los esfuerzos para mantener un diálogo respetuoso, unas relaciones diplomáticas de respeto".
Pero Estados Unidos anticipó ese mismo día que seguirá imponiendo sanciones a las autoridades venezolanas a pesar de esa liberación.
"Las sanciones continuarán hasta que la democracia vuelva a Venezuela", señaló entonces en su cuenta oficial de Twitter el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.