El
terror como forma de entretenimiento no es un novedad ni representa una
fórmula nueva del cine y la televisión para capturar la atención de las
audiencias. De hecho, es una forma más vieja de lo que creemos
que se podría relacionar con algunos conceptos religiosos y la idea de
que en todos lados y en todo momento, existe el bien y el mal.
Las
figuras representativas de la maldad, no necesariamente sobrenaturales,
son el ejemplo perfecto de cómo el terror real supera la ficción, y la
idea de un mal mayor e imperceptible, dicta lo contrario: la ficción nos asusta más que la realidad.
En los últimos años, el terror
se ha convertido en uno de los géneros más exitosos, y por ende
comerciales. Las últimas pruebas de esto, al menos este año, son el
reconocimiento y aplauso internacional de A Quiet Place de John Krasinski; Hereditary de Ari Aster; Ghost Stories de Andy Nyman y Jeremy Dyson; el próximo estreno de Suspiria, el remake de Luca Guadagnino del clásico de mismo nombre de Dario Argento; y el regreso, a 40 años de que comenzara todo, de Halloween.
Uno de los directores que conocen bastante bien este género, desde antes de que se volviera tan popular, es el director Ridley Scott, responsable de filmes como Hannibal, o algunos que mezclan la ciencia ficción y el horror como la franquicia de Alien. Su último trabajo, un proyecto para la televisión titulada The Terror, se ha convertido en una de las series más televisadas y más aclamadas del año.
En entrevista con The Warp, el director dijo que la televisión, y no tanto el cine, es donde la clave del terror se encuentra:
“Creo que el horror, pensándolo de una manera chistosa, es famoso por
capturar al público. Con la televisión, te encuentras en casa. Y
estar en casa representa una sensación de incomodidad”. ¿La razón?
Estar frente a una gran pantalla con muchas personas en la misma sala,
no da tanto miedo como estar en casa solo y rodeado de silencio.
Y eso es lo que hace más “divertido” crear algo de terror para la televisión como The Walking Dead, una serie que recibió comentarios positivos y halagadores por parte de Scott al decir que su montaje y ambientación es muy bueno. De alguna manera, esta
serie hizo de la cultura del zombie, algo popular y regresó el horror a
la televisión, dando paso a una enorme variedad de contenidos que, de
acuerdo con Scott, pueden ser peligrosos para el cine.
“La televisión se encuentra en su época de oro, ¿cierto? Es muy cambiante, pero si
no tenemos cuidado, definitivamente podría reemplazar a las películas,
lo cual sería una pena porque es maravilloso ver algo en la pantalla
grande”.