Rafael Ernesto Reiter Muñoz compró al llegar a España una casa
blanca, de formas cúbicas y pocas ventanas. Era julio de 2015 y lo hizo
en una acomodada urbanización de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). La
vivienda había salido a la venta por casi dos millones de euros, aunque
“costó venderla y se cerró por menos”, afirman fuentes inmobiliarias de
la zona. Tras una década de intrigas, operaciones secretas y negocios
millonarios, el antiguo jefe de la policía interna de PDVSA —la gigantesca petrolera pública venezolana—iniciaba una nueva vida marcada por la discreción, pero sin renunciar al lujo.
El refugio de Nadal —así le llamaban sus compinches— duró solo dos años. Fue detenido el pasado mes de octubre acusado
de formar parte de una trama que desvió a Suiza 27 millones de dólares
de mordidas cobradas a proveedores de la petrolera en Estados Unidos. Ya
preso en Soto del Real, donde aguarda la extradición a ese país, el
pasado volvió a golpear a Reiter hace 10 días, cuando su esposa, Vanessa
Yssea, fue también arrestada. En esta segunda investigación, iniciada
en Venezuela, la pareja está relacionada con el supuesto saqueo de 6.000 millones de dólares cometido por exdirectivos de la petrolera.
Si PDVSA es casi un Estado dentro del Estado en Venezuela, su policía
interna —la gerencia operativa de Prevención y Control de Pérdidas
(PCP)— ha sido a menudo el brazo ejecutor de sus responsables en los
bajos fondos políticos. El caso más conocido es el maletinazo, el envío por el régimen chavista de 800.000 dólares
para financiar en 2007 la campaña de Cristina Fernández de Kirchner. Un
episodio en el que Reiter tuvo un papel destacado: él fue el hombre que
llenó las maletas de dinero y las llevó hasta Buenos Aires.
El “pedigrí político” de su madre, una conocida militante marxista
con cargos de responsabilidad en la Asamblea Nacional, abrió a Reiter
las puertas de PDVSA en 2005. “Ella tenía muy buena relación con Rafael
Ramírez”, el todopoderoso exministro de Petróleo de Hugo Chávez —hoy
investigado y huido del país—, explican tres fuentes de la compañía.
“Con ese padrino entró. Pero es astuto, eficaz y leal, y no tardó en
escalar hasta hacerse con la gerencia operativa de la PCP”, añade una
persona que le conoció en esa etapa.
El cargo fue una oportunidad que Reiter aprovechó. “Viajaba siempre
con Rafael Ramírez como responsable de su seguridad. Financiaba las
campañas de alcaldes y gobernadores afines con dinero de la compañía...
Tenía mucha información y eso le hizo poderoso”, relatan extrabajadores
de PDVSA. “Si se detectaba el robo de barriles, era él quien se
enfrentaba al gerente responsable. Si había sospechas del cobro de
mordidas a proveedores, igual. Eran situaciones en las que es fácil
pedir tu parte en el negocio”, añaden estas fuentes.
Pero Reiter también tenía otra cara, la de un tipo “afable que si
podía echar una mano, lo hacía”, admiten incluso sus críticos. En PDVSA
aún se recuerda el día que una empleada, conduciendo nerviosa por
problemas personales, arrolló a un motorista. “Fue su culpa, pero Reiter
salió en su ayuda. Sin casi conocerla, tiró de sus influencias y la
liberó de toda responsabilidad”.
Nervis Villalobos, ex viceministro de Energía; César Rincón, antiguo
gerente de la filial de compras de PDVSA; y Luis Carlos de León,
exresponsable financiero de Electricidad de Caracas (otra filial de la
petrolera) figuran junto a Reiter entre los principales acusados de la
trama investigada por un tribunal de Houston (Texas). Los tres fueron
detenidos junto a él en octubre en España, que ya ha extraditado a los
dos primeros. El pasado abril, Rincón se declaró culpable.
El escrito de la acusación detalla los jugosos beneficios obtenidos
por el grupo. Reiter, cuyo papel era mover hilos dentro de la petrolera
para favorecer a las empresas elegidas, logró “868.000 dólares para
comprar un apartamento” en Miami; transferencias por más de medio millón
de dólares a “cuentas controladas por su esposa”; 1,5 millones de
dólares para una productora bajo su control y dos “vehículos blindados”
con un coste de 107.000 dólares cada uno.
De las investigaciones en España por el saqueo de PDVSA, centradas en
descubrir qué parte del botín ha sido blanqueada en España, se conocen
muchos menos detalles. El Juzgado de Instrucción 27 de Madrid mantiene
el secreto de sumario, aunque EL PAÍS ha logrado saber que el juez ha
congelado los bienes de los acusados, entre ellos la casa de Sant Cugat.
La vida de Rafael Reiter y Vanessa Yssea en la vivienda fue tranquila
mientras duró, afirman quienes les conocieron. Les describen como una
pareja “amable, especialmente él, pero discreta”. También aquí el exjefe
de seguridad de PDVSA echó una mano a los vecinos cuando pudo: “Hubo un
robo en una casa y él ofreció enseguida las grabaciones de sus cámaras
de seguridad”. Tras recibir dos veces en los últimos meses la visita de
la policía, sin embargo, reina la prudencia al hablar sobre ellos. Y una
preocupación: qué ocurrirá con la hija del matrimonio, de unos cinco
años.
Investigación por blanqueo
El Juzgado de Instrucción 27 de Madrid trata ahora de aclarar, bajo
la acusación de blanqueo de capitales, la red de empresas y propiedades
que Rafael Reiter y los otros acusados han tejido en España en los
últimos años.
Además de comprar la casa de Sant Cugat, el exjefe de la policía de
PDVSA creó en verano de 2015 una empresa dedicada al sector de la
limpieza, llamada Vasam Ibérica 2015 SL, frente a la que puso como
administradora a su esposa. La empresa solo ha depositado ante el
registro mercantil las cuentas de ese año, que no muestran grandes
movimientos de dinero.
La sociedad fue liquidada en 2017, año en el que la pareja creó otras
dos empresas: Inversiones Vasamer SL (llamada Samsoys 09 SL desde el
pasado mes de mayo), dedicada al sector de la alimentación, y Tervansa
Inversiones Inmobiliarias SL. Ninguna de las dos ha depositado cuentas
ante el registro mercantil.
Reiter también cuenta con una sociedad en Panamá, Inversiones RC 58
Inc, con dos socios relevantes. Uno es Charles Henry de Beaumont,
banquero francés investigado por ayudar a muchos altos cargos
venezolanos para desviar fondos a paraísos fiscales. El otro es el
oficial del Ejército Venezolano Said Aurelio Cabrera Abraham.