Dirás qué asco, pero existen hábitos repugnantes que son buenos para la salud tales como: orinar en la ducha, escupir, masticar chicle o sacarse los mocos, así como lo oyes, atentos a los detalles.
Hay que tener en cuenta que como toda acción, no hay que llevarlas al exceso.
8. Orinar en la ducha
Puede ser inapropiado hablar de orinar en la ducha en voz alta, pero
los investigadores descubrieron que casi el 75% de las personas lo ha
hecho al menos un vez en la vida.
En realidad, no hay nada de qué avergonzarse: el ácido úrico y el
amoniaco en tu orina pueden ayudarte a prevenir infecciones fúngicas en
los dedos de tus pies. Además, si eliges orinar mientras tomas una
ducha, podrías ahorrar dinero en tus facturas de agua y papel higiénico.
7. Escupir
Escupir puede parecer repugnante, especialmente si se hace en lugares
públicos. Sin embargo, cuando haces ejercicio, puede ayudarte a
respirar más fácilmente.
Normalmente, respiramos por la nariz, esto calienta el aire y lo hace
más húmedo, lo que permite que el cuerpo absorba el oxígeno de manera
más eficiente. Pero cuando hacemos ejercicio, tendemos a respirar por la
boca y esto hace que se produzca más saliva, lo que interfiere con
nuestros patrones de respiración. Por lo tanto, es perfectamente normal
deshacernos del exceso de saliva producido después de correr por medio
de escupirlo.
6. Masticar chicle
Aunque la goma de mascar no tiene ningún beneficio nutricional, se ha
demostrado científicamente que masticarlo proporciona un mejor estudio y
ayuda a tomar mejores decisiones en pruebas que la cafeína. Masticar
chiche puede ayudarte a enfocarte, agudiza tu memoria, reduce el estrés y
equilibra tus hormonas al elevar el nivel de cortisol.
5. Tirarse gases
Incluso si no estás consciente de que esto ocurre, tu cuerpo libera
gases unas 14 veces al día y aproximadamente de 3 a 5 veces durante el
sueño. Como regla general, tu tracto digestivo comienza a producir
dióxido de carbono y metano unas 6 horas después de comer y los gases, o
flatulencias, le ayudan a tu cuerpo a deshacerse de ellos. Si tratas de
contener un gas, te puede provocar dolor abdominal o hinchazón.
4. Eructar
Un buen eructo después de haber tenido una gran comida es realmente
bueno para el estómago, ya que ayuda a aliviarlo del aire que está de
más. Suprimir un eructo y mantener el gas dentro del estómago puede
causar un golpe de ácido gástrico en el esófago que, a su vez, puede
desencadenar dolor en el pecho.
Pero, si estás eructando demasiado a lo largo del día, probablemente
deberías ver a un médico, ya que puede ser un síntoma de la enfermedad
de reflujo ácido.
3. Morderse las uñas
Cuando te muerdes las uñas, consumes algunas de las bacterias que
están sobre y debajo de ellas. Esto lleva a tu sistema inmune a comenzar
a producir glóbulos blancos que ayudan a combatir estas bacterias. Tu
cuerpo también registra las bacterias en tu banco de memoria, por lo que
si te encuentras una determinada bacteria por segunda vez, ya tendrás
los linfocitos capaces de superarla.
Además, algunos estudios muestran que los niños que se chupan los
dedos o se mordisquean las uñas tienen menos probabilidades de sufrir
alergias.
2. Hurgarte la nariz y comerte los mocos
Según algunos estudios, este horrible hábito en realidad puede
ayudarte a estimular tu sistema inmunológico ya que el moco que comes
contiene muchas mucinas salivales que pueden combatir las bacterias que
causan cavidades. Cuando te comes los mocos, disparas tu sistema inmune
para liberar los glóbulos blancos del cuerpo y así defenderte de este
tipo de bacteria.
1. Saltarse las duchas
Si te das una ducha todos los días, estás lavando algunos aceites
esenciales de tu piel y de tu cabello que son necesarios para
mantenerlos hidratados y protegidos. Incluso el agua caliente sin jabón
puede destruir muchas bacterias útiles que tu piel necesita para
mantenerse radiante y elástica. Por lo tanto, es perfectamente natural,
incluso saludable, saltarte la ducha una o dos veces por semana.