Lo primero que debemos hacer para saber si alguien nos roba la Wi-Fi es conectarnos a la web interna del router. Este aparato tiene una página de configuración interna a la que se suele acceder a través de una dirección local con nuestro navegador, normalmente 192.168.1.1 o 192.168.0.1 o similares.
Debemos entrar en el panel de control de nuestro router para ver los dispositivos conectados. En Windows puedes averiguarla haciendo clic en Inicio > Ejecutar, y en ese formulario escribe “cmd” (sin comillas). Esto abre la terminal, donde podrás escribir la palabra “ipconfig” (sin comillas también) que nos dirá nuestra IP local, nuestra puerta de enlace y otros datos.
Apunta en un papel la puerta de enlace o cópiala con el ratón e introdúcela en tu navegador web. Esta es la dirección web del router, que debería estar protegido por un usuario y contraseña. Para averiguarlo, desplázate hasta el router que normalmente los operadores te lo dejan en una pegatina. Si no lo encuentras ahí o en las instrucciones de instalación, puedes llamar al teléfono de atención al cliente de tu operadora y solicitarlo de forma gratuita.
Cada router tiene un panel de control web ligeramente distinto, pero todos siguen los mismos patrones más o menos. Necesitamos encontrar el apartado donde se muestran todos los dispositivos conectados a la Wi-Fi. Para ello, buscaremos el apartado “Aparatos conectados”, “WAN” o similares. No deberías tardar en encontrarlo. Si no te aclaras, busca las instrucciones que vinieron con el router o prueba a buscar en Google el nombre del modelo de tu router para encontrar una versión digital.
Otra alternativa es cambiar la clave a una más distinta (y complicada), reiniciar el router y listo. “Sara” ya no podrá conectarse. La tercera alternativa pasa por ir a hablar con esa persona para demostrarle tu desacuerdo con sus decisiones vitales.
Utilizar contraseñas largas o complicadas, así como protocolos de seguridad avanzados es fácil y nos ayudará a proteger nuestra vida digital de vecinos y gorrones. Los dos mejores consejos en este caso es que tu Wi-Fi debería estar utilizando protocolo WPA2 (o WPA2 PSK preferiblemente), y deberías tener una clave distinta para acceder al router de la que la operadora te dio por defecto.
Cualquier persona en tu Wi-Fi puede acceder a los datos del router si la clave interna para acceder al panel de administración mencionado antes es fácil o la que viene por defecto, como “admin”, “root” o “1234”. En este caso, podrían no solo utilizar nuestra Wi-Fi, también hacerse pasar inadvertidos o incluso evitar que nuestros propios ordenadores y móviles se conecten a Internet.