Es mentira que la economía mexicana esté creciendo como lo presume el gobierno de Peña Nieto en su propaganda; que el empleo vaya a llegar a 3 millones de nuevos puestos de trabajo al finalizar este año (pueden ser empleos temporales y lo dudo).
Lo cierto. Lo verdaderamente dramático es que los políticos son unos mentirosos y que, en México, la marcha de la economía va por la vía dolorosa, por el camino de la amargura y los mexicanos viven actualmente peor que cuando los gobiernos eran nacionalistas y la corrupción no era tan descarada.
Baja calidad del sistema educativo, pobre nivel de escolaridad de la población (si acaso, algunos se quedan en la enseñanza secundaria y otros en la preparatoria o el bachillerato. Muy pocos acceden a la educación superior, unos porque reprobaron el examen de admisión, otros porque fueron rechazados por falta de cupo en las universidades públicas y los más porque no terminaron la preparatoria por carencias económicas), y una maleducada participación laboral, improductividad, son los problemas que enfrenta la economía mexicana para poder ser moderna, competitiva, pujante; si no de primer mundo, sí de economía emergente como la de los BRICS.
Pero parece que estuviésemos condenados a la mediocridad. Igual de mediocres que nuestros gobernantes, que sólo van detrás del dinero fácil y mal habido, a través de negocios sucios con capitales extraídos del Erario.
De acuerdo con el informe publicado por la querida Ivette, en El Universal, del tocayo Francisco Ealy, México retrocedió cuatro lugares — del sitio 65 al 69 — en el Índice de Capital Humano del World Economic Forum (WEF).
De acuerdo con el ranking del organismo, México cayó posiciones porque sólo aprovecha 61% del capital humano. Esta condición lo sitúa en el décimo lugar entre las naciones de América Latina. La caída se debe, como lo dijimos arriba, pero ayuda a recordarlo, a la baja calidad de la educación, al nivel de escolaridad de la población y a la tasa de participación laboral, aspectos que le restan calificación al país.
El potencial del capital humano que se aprovecha en México contrasta con Noruega o Finlandia, que ocupan los primeros dos lugares y registran porcentajes de 77%, o con Suiza, Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda, Suecia, Eslovenia y Austria, que se ubican en los 10 primeros lugares, al aprovechar más de 70%. Puro chingón, pues, donde la corrupción ni siquiera se conoce como una palabra en su léxico cotidiano.
Por su parte, Argentina, Chile y Bolivia están por arriba de 64%, lo que los sitúa en el lugar 52, 53 y 54, respectivamente. Para el WEF, “México necesita desarrollar las habilidades que se requerirán para lo futuro. Éste es el requerimiento clave para optimizar el talento de las generaciones jóvenes, al estar en el sitio 92 de 130”.
La calidad de la educación primaria y del sistema educativo lo lleva al sitio 104, lo que frena las tasas de reclutamiento vocacional y el entrenamiento para las plantas laborales. Otro reto cae sobre la amplia brecha multi generacional de empleo de género y la muy baja participación de la fuerza laboral de quienes están entre los 25 y 54 años”.
En el estudio, el WEF califica cuatro áreas de desarrollo de capital humano: capacidad, desarrollo, despliegue de la fuerza laboral y el know how, las cuales agrupan a 24 indicadores. Las peores evaluaciones de México están en la parte de desarrollo. En el sistema educativo en los niveles básicos, al ubicarse en el sitio 92. En despliegue de la fuerza laboral queda en la posición 77; en capacidad, ocupa el lugar 61, y en know how o conocimientos, en el 48.
Si se toman en cuenta los 24 indicadores, las mayores desventajas están en brecha de empleo por género para personas de 25 a 54 años, al tener el sitio 111; tasa de participación de la fuerza laboral para personas de ese mismo rango de edad, en el 106, y calidad de las escuelas primarias, en el 104.
El WEF destacó que “el país también alcanza respetables resultados en términos de la capacidad de su fuerza laboral, gracias al sólido logro educativo en niveles básicos”. En el Índice Global de Capital Humano del WEF se expuso que la economía global está en riesgo debido a los desajustes que existen entre inversión en el sistema educativo y los esfuerzos para desplegar y desarrollar la fuerza laboral durante la vida de los trabajadores. Lo que se observa es que la pérdida de oportunidades para encontrar trabajos de alta calidad y para continuamente mejorar las habilidades de los empleados provoca una mayor desigualdad. Gracias, mi querida Ivette Saldaña.
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