El papa Francisco anunció hoy que cuando se haya probado que un religioso ha cometido abusos sobre un menor no podrá presentar recurso alguno a su condena y aseguró que jamás le concederá la gracia.
El pontífice hizo este anuncio al recibir a los miembros de la
Comisión para la Protección de los Menores, organismo que creó hace
cuatro años para realizar una labor de educación y prevención de los
abusos a menores en el seno de la Iglesia católica.
Francisco, que tenía un discurso escrito, lo dejó de lado para hablar
“espontáneamente” de algunas de las preocupaciones y acusaciones de
retraso que han surgido sobre cómo la Iglesia está afrontando el
problema.
El papa reconoció que existen retrasos a la hora de examinar los muchos casos que llegan.
Defendió que se ocupe en primera instancia de estos casos la
Congregación para la Doctrina de la Fe, aunque explicó que “muchos casos
no avanzan” por lo que se está trabajando para asumir más personal que
se ocupe de “clasificar los procesos”.
El segundo problema del que habló el papa es que en la comisión que
se ocupa de los recursos “los abogados trabajan para intentar bajar la
pena, porque de eso viven los abogados”, y entonces se analizan de nuevo
todos los aspectos legales, provocando un mayor retraso.
Por ello, Francisco anunció que está trabajando para que cuando “un
abuso sobre un menor sea probado, esto sea suficiente para no admitir
ningún recurso”.
“Si hay pruebas, punto. (La sentencia) es definitiva”, aseveró.
Para Francisco cualquier persona que haya cometido un abuso “está
enferma” y no se la puede perdonar porque “dentro de dos años puede
volver a suceder, porque tenemos que meternos en la cabeza que es una
enfermedad”.
Francisco sentenció entonces que aunque existe la posibilidad de que
el condenado pueda pedir la gracia al papa nunca la firmará.
“Yo no he firmado nunca una gracia y nunca la firmaré”, aseguró.
Explicó que él firma las sentencias y confesó que sólo una vez al
inicio de su pontificado ante las dos posibilidades de condena para un
sacerdote de la diócesis italiana de Crema firmó la más “benévola” pero
después el cura reincidió.
“Nunca lo he vuelto a hacer y he aprendido de esto”, aseguró.
En su discurso también reconoció la ardua labor de esta comisión
porque ante este problema “la toma de conciencia por parte de la Iglesia
ha llegado un poco tarde”.
“Y cuando la conciencia llega tarde, los medios para resolverlos
llegan tarde y yo esto lo sé. La realidad, y lo digo claramente, es que
hemos llegado tarde”, añadió y puso como ejemplo la “terrible” práctica
de cambiar a los supuestos curas pederastas de lugar.
Francisco también animó a seguir trabajando a la comisión presidida
por el cardenal Patrick Sean O’Malley y que cuenta entre sus miembros
con el religioso colombiano Luis Manuel Ali Herrera o el teólogo
argentino Miguel Yáñez.
Entre sus miembros se encontraban también dos víctimas de abusos en
su niñez por parte de curas: el inglés Peter Saunders y la irlandesa
Marie Collins, pero ambos dejaron la comisión y criticaron los retrasos y
denunciaron obstáculos.