El doctor Alan McGlashan reveló en una carta escrita en el año de 1.983, y difundida a la fecha, que el cuerpo médico de la familia real británica estaba muy asustado por el “desorden mental” que sufría la fallecida princesa Diana ya que temían un “desastre dinástico” .
La princesa tenía una serie de síntomas como sueños con gigantescos monstruos marinos, desórdenes alimenticios, depresión, ansiedad y baja autoestima que eran tratados con antidepresivos y pastillas para dormir.
Diana ocultaba el gran problema cuando estaba en público, pero según la misiva, el grupo médico de la familia real británica estaba muy atemorizado porque temía que el mal fuera hereditario y que pusiera en riesgo la salud de sus hijos y herederos a la corona.
Sin embargo, McGlashan creía que la opinión de sus colegas era demasiado alarmista. Él consideraba que Lady Di era una mujer normal “cuyos problemas eran emocionales, no patológicos”. Además, opinaba que Diana “una chica infeliz” que estaba enfrentando situaciones bastante difíciles.