La historia de la nueva y lujosa nave del presidente de la República, es parecida a la de los niños cuando esperan con ansias los regalos de los Reyes Magos; es decir, Enrique Peña Nieto, seguramente no durmió toda la madrugada de hoy, sabiendo que por fin estrenaría el juguetito que mandó a remodelar destinando cientos de millones de dólares para esa causa.
En este punto no hay que irnos con la finta: una cosa es que Felipe Calderón Hinojosa, haya realizado la petición de un nuevo avión presidencial –lo cual también es muy cuestionable y repudiable-, y otra muy diferente es que el esposo de la Gaviota lo haya confeccionado a la medida de sus intereses.
En pocas palabras, Peña Nieto nomás quiere echar relajo e invitar a sus cuates a cotorrear.
Diversos medios de comunicación, han señalado que a las 11:39 horas del día de hoy, el avión presidencial llevó a cabo su primer vuelo rumbo a Sonora, donde el mandatario realizará una “gira de trabajo” antes de que el Papa Francisco lo encuentre sin hacer nada, como dicta la costumbre desde hace tres años.
El diario Reforma destaca que a la altura del ala se ubica el dormitorio de Enrique Peña Nieto, y cuenta con dos sillones (uno para él); enfrente hay otro sillón de tres lugares, y en medio una mesa. Para que descanse rico, el mandatario tiene una cama queen size, y un baño con regadera.
En fin, para concluir, solo queremos repetir el precio del avión: 7 mil millones de pesos.
¡¡¡7 mil millones de pesos pagamos para que Peña Nieto durmiera bien!!!
¿Y los grandes aviones y helicópteros del Ejército Mexicano no sirven? ¿No hubiera sido mejor que el mismo Ejército o Marina se hubieran encargado de la fabricación del avión presidencial? ¿Para qué gastar en algo innecesario? ¿A poco Enrique Peña Nieto sí trabaja demasiado como para utilizar un avión de lujo?
No queremos ni imaginarnos cómo ha de estar el dormitorio de la Gaviota.
Dios santo.
Al rato van a salir con que el avión sufrió un desperfecto, de que no está bien hecho, de que no vuela como esperaban, de que los sillones están maltratados, de que las llantas necesitan cambiarse, de que se requiere un satélite propio, y bla bla bla.
Esto con tal de sacarnos unos cuantos miles de millones de pesos más.
Señoras y señores, Enrique Peña Nieto ya tiene su avión, porque eso de que es de todos los mexicanos, pues que se lo crea su abuela, la Gaviota, López Dóriga, Andrea Legarreta, Lucerito, y toda su bola de ladrones que también disfrutarán del nuevo juguetito.
Nomás falta que se caiga el avión, porque entonces sí, a pagar otros 7 mil millones de pesos.
¿Por qué nadie le cree a Peña Nieto?
¿Por qué todos nos burlamos de nuestro “presidente”?