El presidente Enrique Peña Nieto venció una maldición: por primera
vez en tres años, su nivel de aprobación registró un incremento, aunque
todavía se mantiene como el mandatario con la peor calificación desde
que Consulta Mitofsky realiza el estudio.
Como no había ocurrido desde mayo del 2014, la aprobación de Peña
Nieto aumentó 2 puntos porcentuales, al pasar de 17 a 19% en mayo del
2017. En este mismo sentido, la población que desaprueba al mandatario
se redujo un punto porcentual, de 77 a 76%, de acuerdo con Consulta
Mitofsky. ¿Cuál es la razón de este sorpresivo incremento de las
personas que aprueban el desempeño del presidente?
De acuerdo con la consultoría que dirige Roy Campos, el presidente
Peña libró el momento más intenso de su gobierno, la crisis por la
liberación de los precios de los combustibles (gasolinazo), que provocó su peor nivel de aprobación del sexenio, con 17% registrado en febrero.
Para Campos, la mejora en la percepción del desempeño presidencial fue
motivada por una ausencia del presidente de los reflectores públicos.
“El hecho de que haya campañas electorales en el Estado de México y
que él haya salido del escenario, que no sea el principal actor de los
medios, le ha favorecido, porque las críticas y los ataques se han
centrado en lo que pasa en el Estado de México, por lo que él no ha sido
el sujeto de los ataques. Se nota un incremento, pero simplemente
porque febrero fue el mes del gasolinazo y de la inestabilidad por el tipo de cambio”, dijo Campos en entrevista con El Economista.
El presidente Peña ha gobernado los últimos tres años con el menor
nivel de aprobación en este punto del sexenio entre los últimos cinco
presidentes. “Como ya es costumbre afirmarlo desde finales del 2014, el
nivel de aprobación con el que llega el presidente Peña Nieto a este
punto del sexenio (18 trimestres) es el más bajo de los últimos cinco
presidentes, donde destacan Carlos Salinas con 80% y Ernesto Zedillo con
71 por ciento”, explica el informe de Consulta Mitofsky.
¿Quiénes aprueban al presidente Peña?
Las personas mayores de 50 años y quienes tienen estudios máximo de
primaria son los que más aprueban el desempeño del presidente Peña, lo
mismo que las personas que viven en localidades rurales. Por el
contrario, los jóvenes, quienes cuentan con mayor niveles de escolaridad
y las personas que perciben mayores ingresos evalúan al mandatario por
debajo de 17% que registra el promedio nacional.
“Todas estas personas también son las que más pertenecen a los grupos
vulnerables que reciben programas sociales: los adultos mayores, los
beneficiarios del campo, los que se encuentran en una situación
económica difícil. Todos los grupos que son sujetos de programas
sociales también tienden a ser más agradecidos con el presidente y hay
más aprobación entre ellos”, explicó Campos.
Por el contrario, de acuerdo con el presidente de Consulta Mitofsky,
la peor evaluación regional del presidente Peña se da en le centro del
país: en la Ciudad de México y el Estado de México, donde vive la gente
que está más atenta a los medios de comunicación, la que está más
informada, la que platica más de lo que pasa. En cambio, en provincia,
la gente habla de su día a día, de la pobreza, de la inseguridad,
etcétera.
En prácticamente todo el país, el principal problema que afecta a la
población es la inseguridad. De acuerdo con Consulta Mitofsky, en el
Noroeste y Centro del país, la inseguridad representa el principal
problema para las personas. Mientras que en la región de Occidente, es
la crisis económica la que es vista como el problema más grave para la
población.
En los últimos meses y como resultado de los más recientes
escándalos, la corrupción se ha colado a los primeros tres lugares como
uno de los problemas que la gente percibe como más graves en su
localidad. Aunque hace un año, la corrupción ocupaba el quinto lugar de
la lista, “hoy supera tanto al desempleo como a la pobreza”, indica
Consulta Mitofsky.
Desaprobación a cualquier nivel
Pero el presidente no es el único que ha registrado bajos niveles de
aprobación. Gobernadores y presidentes municipales han corrido con la
misma suerte que el Ejecutivo federal. Desde el 2013, el promedio de
aprobación de los mandatarios ha caído 26 puntos porcentuales. Mientras
que los presidentes municipales han caído 15 por ciento. Lo que es
cierto es que el presidente Peña ha registrado la caída más estrepitosa,
al pasar de 57 a 19% de aprobación en casi cuatro años.
Esta tendencia corrobora a lo contemplado en el informe México: confianza en las instituciones 2016 presentado por Consulta Mitofsky a finales del 2016, en el que se indica que se mantiene a la baja la aprobación hacia prácticamente todas las instituciones.
“Es preocupante, esto es lo que está generando el antisistema, que ya
no hay ninguna institución en la cual creer, entonces evalúas mal a tu
alcalde, a tu gobernador, a tu presidente y empiezas a perder la idea de
que alguna institución funciona”, explicó Campos.
Para el director de Consulta Mitofsky, “este trimestre es una prueba
de que la aprobación del presidente sí puede dejar de caer, pero tampoco
veo muchos argumentos para que de repente tenga una recuperación
impresionante”. Las elecciones del 2018 le traerán de nuevo al
presidente otra ola de ataques por parte de los candidatos opositores.
“Puede mantenerse y su equipo se puede dar por bien servido si evitan la
caída y se mantienen en estos niveles”, dijo Campos.