Silvio Rodríguez, cantautor cubano,
evaluó los hechos violentos que vive Venezuela y los comparó con lo
sucedido en Cuba hace más de 60 años.
El mensaje fue una respuesta a un
texto realizado por un venezolano de nombre Ricardo Silva, en que le
comparte la pérdida de un familiar por la represión que vive el país en
los últimos meses por a Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía
Nacional Bolivariana (PNB).
Trovador -oriundo de San Antonio de
los Baños, Cuba- comenzó a temprana edad componiendo poemas y al mismo
tiempo tocando la guitarra.
A continuación la carta:
Querido Silvio, siempre paso por
esta casa! y mientras eso pongo tu música para que aligere un poco las
calles por donde suelo pasar.
El jueves pasado hubo un ensayo
de guerra civil frente a mi casa y zonas aledañas en la ciudad de
Caracas. Entre esos avatares, algunos hacían barricadas de basura
(guarimberos) en las carreteras y otras quitando los restos que
colocaban los guarimberos en las mismas. A eso se le suma el constante
paso de guardias nacionales y tanquetas de policías derrumbando los
muros de basura entre las vías principales. Todo eso ocurriendo entre
sombras que se movían en la oscuridad, gritos, insultos, bombas ,
lacrimógenas, explosiones…
Todo ésto ocurriendo de noche….
luego de que se controlaran estos focos de guerra, ligeramente se ha
aplacado toda la situación de riesgo en la que se ha estado exponiendo
al pueblo Venezolano.
Ayer me enteré que un allegado a
mi familia, del mismo pueblo de donde soy, fue asesinado a propósito por
estos grupos terroristas. Todo esto me ha tenido realmente alterado.
Lamento enormemente que mi pueblo
pase por estas situaciones. SI hay algo en lo que creo es en el buen
corazón del venezolano. En la sangre heroica de mi gente, de mi
historia… Pido siempre un “Rabo de Nube” por estos tiempos difíciles.
Disculpa la mala noticia. Escribo a manera informativa.
Prometo que triunfará el amor y la vida.
Prometo que triunfará el amor y la vida.
Guitarra en mano y canto en alto
con la canción amorosa de Alí Primera, el sueño de Bolívar y el legado
del comandante Hugo Chávez.
Abrazo! Aquí red Abeja tricolor.
Te quiero mucho , amigo y padre Silvio.
El trovador respondió la publicación
Querido Ricardo Silva: hubo
algunos años, después del triunfo revolucionario, en que salir a las
calles de La Habana era también una aventura, porque la
contrarrevolución ponía bombas, incluso en los cines –cosa que nunca
hizo la revolución–, o quemaba centros de trabajo, o pasaba en avionetas
provenientes de la Florida y espacian propaganda, cosa que desataba
nutridos tiroteos nocturnos –eran años en que mucha gente estaba armada
porque ya se había creado las milicias y todo el mundo tiraba al aire.
A mi mismo y a mi hermana María,
saliendo de un cine de la calle Neptuno, nos cayó encima la vidriera de
una tienda, por una explosión enorme que hubo y que estremeció toda la
ciudad. Además del susto, vivimos también algo curioso, porque mientras
nos sacudíamos los cristales veíamos como la fuerza expansiva iba
haciendo saltar las vidrieras, una tras otra, por toda la calle.
Recuerdo la noche que le dieron
candela a una tienda famosa, llamada El Encanto, muy cerca de donde yo
vivía, y un amigo y yo veíamos el siniestro espectáculo en que murió una
empleada llamada Fe del Valle, desde la azotea del edificio en que
vivíamos, que era bastante alto.
Mi madre, y la mayoría de las
amas de casa, que vivían la ilusión de salir por las noches a ver
vidrieras y a sacar cuentas que nunca daban, empezaron a olvidar sus
paseos y a vivir más pendientes de Radio Reloj, que daba noticias todo
el tiempo –la televisión no llegó a mi casa hasta un poco avanzados los
60. Pero lo que están viviendo ustedes es mucho más estresante y
violento, porque se trata de sectores bastante amplios de población
dedicados a la beligerancia urbana. Imagino cómo eso estará cambiando lo
que era la vida normal de una familia, la preocupación constante en
todos.
En Cuba tuvimos la suerte de que
buena parte de la burguesía se marchó, pensando que la Revolución iba a
durar seis meses, porque los americanos no la iban a permitir. Cierto
que desde allá empezaron a instigar y a pagar agresiones, pero la
presión propagandístico interna que tienen ustedes aquí fue mucho más
leve y transitoria, porque la escalada de agresiones nos radicalizó y se
tomó el control de casi todo. Eso fue bueno para la situación de guerra
que vivimos durante la primera década, pero en otro sentido no fue tan
bueno porque nos hizo ver fantasías. Por esto último, la primera vez que
pude tener cerca a Chávez, le dije: “Comandante, trate de no cometer
nuestros errores”. Se lo dije bajito porque estábamos en una mesa con
otros comensales, y Chávez sonrió y me puso una mano en el hombro.
Los poderosos por derrotar
venezolanos aprendieron mucho de los poderosos derrotados en Cuba. No en
balde algunos de aquí fueron para allá y continuaron siendo magnates.
Probablemente por eso buena parte de la prensa venezolana fue siempre
ríspida con la Revolución Cubana y con algunos cubanos que visitábamos
Venezuela. Y, como siguiendo una secuencia lógica, se nota una suerte de
comunidad entre los nuevos exiliados venezolanos de la Florida y lo más
recalcitrante del viejo exilio cubano.
Ayer estábamos aquí conversando
sobre la carta de William Ospina al Presidente Maduro. Siempre me he
identificado con los análisis de este intelectual colombiano. Sin
embargo veo que su acercamiento a Maduro, aunque es en términos muy
respetuosos, parte de visiones que no comparto. Acaso sea, como sucinta y
claramente decía Luís Gómez: “No comprendo mucho la difícil situación y
desde Colombia se ve muy confusa”. Y acaso sea, también, lo que con
tanta convicción nos dice después Lochy Le Riverend: “Tenemos que estar
muy conscientes los cubanos y nuestros hermanos venezolanos y demás
latinoamericanos que estamos viviendo nuevamente tiempos
extraordinariamente difíciles, de enorme y total polarización. Hay otra
vuelta de tuerca de los que no están dispuestos a perder su hegemonía en
esta región. Debemos estar muy claros de lo que nos espera si la
política de EE.UU. triunfa…”
Nada, Ricardo, que tu mensaje me
acerca más a ustedes (pienso también en Johan y en su familia, y en mi
querida amiga Cecilia Todd, y en otros compañeros) y todo me hace
preguntarme qué pudiera hacer para mejorar aunque fuera mínimamente la
situación. Mientras sigo haciéndome preguntas, sólo me queda pedirles
que se cuiden mucho, que no se regalen, que no sean imprudentes, pero
que si lo sienten tampoco dejen de luchar por lo que vale la pena, la
América Nuestra que previeron Bolívar y Martí, Fidel y Chávez, y que nos
hace tanta falta.