El Gobierno de Colombia decretó un toque de queda en la comunidad de Buenaventura, ubicada en el departamento del Valle del Cauca, frente a las protestas y disturbios que se han generado desde el viernes.
Luego de celebrar un Consejo de Seguridad en Buenaventura, las
autoridades confirmaron que el toque de queda comprendido entre las 6:00
de la tarde y las 6:00 de la mañana (hora local) se mantendrá por
tiempo indefinido, con el objetivo de evitar saqueos y preservar el
orden público.
La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, indicó que
la seguridad en Buenaventura fue reforzada con 1.500 policías y más de
700 militares, mientras que el ministro de Medio Ambiente de Colombia,
Luis Gilberto Murillo, indicó que el puerto que da al océano Pacífico,
se encuentra controlado.
El funcionario, designado por Juan Manuel Santos para dialogar con
los habitantes de la región, reiteró que, ante esta situación – que ha
llevado a un paro cívico que cumple seis días – es necesario una mesa de
negociación que permita resolver los problemas que generaron este
hecho, refiere Prensa Latina.
“Buenaventura requiere de soluciones estructurales en términos de
salud, vialidad, acueducto e infraestructuras en general”, indicó en una
entrevista a Caracol Radio, citada en la nota.
El paro cívico, impulsado por los habitantes de Buenaventura, tiene
como fin exigir el restablecimiento del servicio del hospital de la
localidad, soluciones a la problemática de agua potable, mayor empleo y
soluciones al tema de la inseguridad que se vive el puerto.
Por tales acciones, que Santos calificó como “vandálicas”, se
encuentran 11 policías heridos y 80 personas detenidas, presuntamente
involucradas en los saqueos, además de pérdidas materiales, que se
cuantifican en más del equivalente a un millón 300 mil dólares, refiere
el diario colombiano El Tiempo.
Represión
Los habitantes de Buenaventura denuncian que en vez de atención del
Ejecutivo, reciben represión por parte del Escuadrón Móvil
Antidisturbios (Esmad) de Colombia.
Los agentes del Esmad usaron gases lacrimógenos para dispersar a los
protestantes,a pesar de que en el sitio se encontraban personas de la
tercera edad y niños.
“La situación se desbordó y es necesario un puente internacional que
sirva como intermediarios entre fuerza pública y comunidad”, aseguró el
Consejo Nacional Afrocolombiano de Paz (Conpaz) en un comunicado en el
que solicita una “acción urgente” para resolver la situación de manera
que no haya más represión.