Sólo
duró dos temporadas y 30 episodios, pero su influencia late todavía muy
viva en la edad de oro de la televisión. "Twin Peaks" regresa el
domingo con nuevos capítulos más de 25 años después y lo hace
convertida, por méritos propios, en una referencia inexcusable de la
pequeña pantalla.
La profunda huella que dejaron David Lynch y Mark Frost con "Twin
Peaks" se venera como un hito fundacional en la industria televisiva, ya
que fue una fuente de fascinación e imaginación no sólo para los
espectadores sino también para los guionistas y directores del futuro.
Producciones rompedoras como "The Sopranos", "Lost", "The X-Files",
"True Detective", "American Horror Story" y "The Leftovers" quizá
hubieran triunfado también sin "Twin Peaks", pero sin duda esta serie
amplió los horizontes audiovisuales de la televisión y abrió el camino
para todas aquellas que después quisieron saltarse las normas.
"'Twin Peaks' demostró básicamente que no había una sola manera de
hacer televisión", aseguró Damon Lindelof, uno de los cerebros detrás
de "Lost" y "The Leftovers", en el minidocumental "Twin Peaks: The
Phenomenon".
El universo inquietante, excéntrico, paranormal y surrealista de
"Twin Peaks" era una llamada a la libertad formal y temática en las
series: la televisión no tenía por qué ser la hermana pequeña del cine.
"'Twin Peaks' unió lo rutinario con lo extraño. No creo que el
público hubiera visto a gente feliz y la miseria coexistiendo para crear
algo realmente perturbador: gente espeluznante sonriendo demasiado",
resumió el creador de "Fargo", Noah Hawley, en un reciente artículo en
Time.
Lynch no fue el primer cineasta que se atrevió decididamente en la
televisión (en los años 50 Alfred Hitchcock dio en el clavo con "Alfred
Hitchcock Presents"), pero sí se arriesgó a tratar a las películas y
las series con la misma seriedad, la misma profundidad y el mismo poso
artístico propio de un autor.
En el mismo sentido, Lynch dotó a "Twin Peaks" de una notable
ambición narrativa que ahora parece el pan de cada día en la televisión:
de estructuras cerradas por capítulos se pasó a planear largos
desarrollos que abarcaban varios episodios o temporadas completas.
En un reciente encuentro con los medios en el que participó Efe,
Lynch aseguró que siempre concibió "Twin Peaks" como una "película en
televisión" y destacó la capacidad comprensiva del público: "Los
espectadores son detectives, reflexionan, se hacen preguntas y de alguna
manera encuentran el sentido".
"Desde 'Twin Peaks' he trabajado con diferentes guionistas en
shows como 'Desperate Housewives' o 'Sex and the City', y los guionistas
me decían: 'No pensaba que era posible hacer esto, pero debido a 'Twin
Peaks' me siento empoderado y esta es mi visión'", apuntó, por su parte,
el actor Kyle MacLachlan.
Un regalo más de "Twin Peaks" a los futuros guionistas televisivos
fue su hábil juego con los interrogantes y los misterios sin resolver,
en el que saber quién mató a Laura Palmer no era lo imprescindible sino
una excusa para desplegar y recorrer el universo de la serie.
"Si miras a las series televisivas desde su comienzo, los shows
contaban al público lo que iban a ver, se lo mostraban y luego les
contaban lo que habían visto", argumentó el máximo responsable de "The
Sopranos", David Chase.
"Lynch y Frost te lo mostraban y te dejaban pensando: '¿Qué es lo
que acabo de ver?' Era revolucionario y todavía lo es", añadió.
Otra seña de identidad de "Twin Peaks" fue la excelente calidad
artística y técnica en cada detalle, desde la precisa y elegante
fotografía a la inolvidable música compuesta por Angelo Badalamenti.
Habrá que esperar al estreno este domingo de la tercera y ansiada
temporada de "Twin Peaks" para ver si persiste la magia, pero su legado
dentro de la historia de la televisión parece intocable tal y como
ejemplificó David Chase: "Como un amigo me dijo el otro día: 'Cualquiera
que haga una serie de capítulos de una hora que diga que no está
influido por David Lynch está mintiendo'".