Los
resultados se dieron a conocer durante una teleconferencia el jueves
con investigadores de la NASA, y publicados en la revista Science y
Geophysical Research Letters.
Debajo
de su espesa capa de nubes, Júpiter pudo mantener sus secretos. Ahora,
los primeros resultados de la misión Juno de la NASA están desafiando
las creencias de los investigadores sobre el gigante gaseoso.
Los resultados se dieron a conocer durante una teleconferencia el
jueves con investigadores de la NASA, y publicados en la revista Science
y Geophysical Research Letters.
Juno se puso en marcha en agosto de 2011, pero no llegó a Júpiter
hasta julio de 2016. La nave ha estado orbitando el planeta y realizando
calculados vuelos de reconocimiento sobre las nubes.
"El punto general de nuestros descubrimientos es realmente lo
diferente que parece Júpiter de lo que esperábamos", dijo Scott Bolton,
investigador principal de la misión Juno, del Southwest Research
Institute en San Antonio. "Pensábamos que era uniforme en el interior y
relativamente aburrido. Lo que estamos encontrando es cualquier cosa
menos eso. Es muy complejo".
Los sobrevuelos, observaciones y datos mostraron los nunca antes
vistos polos de Júpiter. Los óvalos brillantes en los polos revelan
ciclones gigantescos que pueden alcanzar hasta los 1.400 kilómetros de
diámetro. Juno también pudo sondear la cubierta de las nubes y descubrir
pozos de amoníaco que forman sistemas meteorológicos gigantes y
violentos en la profunda atmósfera.
Pero este amoníaco no se mezcla constantemente, como los
investigadores creían. Los ciclones gigantes en los polos también son
nuevos para los investigadores.
"Estamos desconcertados sobre cómo podrían formarse, qué tan estable
es su configuración y por qué el polo norte de Júpiter no se ve como el
polo sur", dijo Bolton. "Estamos cuestionándonos si este es un sistema
dinámico, y solo estamos viendo una etapa, y durante el próximo año lo
veremos desaparecer, o si se trata de una configuración estable y estas
tormentas están circulando alrededor una de la otra".
Juno reveló que el campo magnético de Júpiter es 10 veces el de la
Tierra y el doble de fuerte de lo que se había anticipado, superando las
expectativas de los investigadores.
Juno también encontró enormes auroras de Júpiter, captadas en
imágenes ultravioletas e infrarrojas, y una lluvia de electrones que
podría ser su origen.
Estos datos, junto con las observaciones que la misión realice en
adelante, pueden ayudar a los investigadores a determinar la estructura
de la atmósfera de Júpiter, y responder a la gran pregunta: ¿tiene el
planeta un núcleo sólido?
Modelos anteriores así lo sugieren, pero los datos únicos de Juno
podrían proporcionar una visión real. Si el planeta tiene un núcleo
sólido, cambiaría la creencia de que el gigante de gas se compone en
gran parte de hidrógeno y helio.
A pesar de que Júpiter es el planeta más grande de nuestro sistema
solar, los astrónomos no saben mucho acerca de su origen. La misión Juno
fue diseñada para recopilar datos y observaciones que revelarán el
origen y evolución del gigante gaseoso. Sus otros objetivos incluyen
mapear sus campos gravitacionales y magnéticos, observar auroras, medir
la cantidad de agua y amoníaco en su atmósfera y encontrar evidencia de
un núcleo sólido.
Júpiter es probablemente el primer planeta que se formó en el sistema
solar y saber más sobre él puede contribuir a un mayor conocimiento
sobre el inicio del sistema.
Juno es la segunda nave espacial que orbita Júpiter. La primera fue Galileo, que orbitó el planeta entre 1995 y 2003.
La misión terminará en 2018, cuando la nave se estrellará en el planeta para impedir que cause daños en las lunas de Júpiter