Las posturas de la fiscal general Luisa
Ortega Díaz han causado, como se sabe, hondo malestar en el gobierno y
en las filas del oficialismo.
Poco a poco Ortega Díaz ha ido
trazando un camino que se aleja de la revolución. Uno, de los más
visibles, fue declarar la ruptura del hilo constitucional debido a las
sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia que anularon el Poder Legislativo.
Otro es la decisión del Ministerio
Público de respetar el debido proceso y no sancionar a personas que no
han cometido delito. Y últimamente ha manifestado su cuestionamiento al
uso de tribunales militares para juzgar a civiles.
Esta “desobediencia” ha traído como
consecuencia que Ortega Díaz esté en la mira del oficialismo. De hecho,
trascendió que el jueves pasado el presidente Nicolás Maduro tuvo una
reunión con la institución militar para tratar el tema de la
convocatoria a la constituyente comunal.
En ese conclave Maduro planteó la salida de Ortega Díaz de su cargo de fiscal general de la República.
El jefe del Estado señaló que hacía falta un fiscal que cumpliera las órdenes que daba a favor de la revolución.
Para seguir con la política de pasar a
civiles a tribunales castrenses, le ordenó al fiscal militar que se
encargara de sentenciar y llevar todos los casos que el Ministerio
Público se niega a asumir.
Dejó en claro que considera cómo
colocar a otra persona al frente de la Fiscalía de la República. Una que
esté del lado de la revolución.
Las instrucciones también giraron en
torno a nombrar al almirante Remigio Ceballos Ichazo, segundo del
Comando Estratégico Operacional de la FANB, para que se involucre en lo
concerniente a la convocatoria de la constituyente comunal y, además,
incorpore a otros militares en estas labores para que se cumplan los
lineamientos que se dan desde el alto gobierno y son los que necesita la
revolución para su supervivencia.
Ceballos Ichazo será el hombre que enfrente a la fiscal Ortega Díaz.