A finales del 2013, el futbolista
venezolano Juan Arango decide irse de la casa donde vivía junto a su
familia, en la ciudad de Düsseldorf, Alemania, tras múltiples
desencuentros con su entonces esposa, Laurys Tortolero.
Durante esos días, mientras jugaba para
el equipo Borussia Mönchengladbach, perteneciente a la Bundesliga
teutona, se hospedó en un hotel por espacio de seis meses. Todo parecía
haber llegado al final de un matrimonio que permaneció casi inalterable,
por unos 12 años.
A pesar a estar rodeada de comodidades y
lujos, Tortolero resuelve regresar a Venezuela, pues pensaba que su
vida allá, sin el respaldo de Arango, no tenía mayor sentido. Más aun,
cuando estaba sola en la casa con sus dos hijos: Jauryns Fernanda y Juan
Fernando, hoy con 15 y 11 años de edad, respectivamente.
El PRINCIPIO DEL FIN
En entrevista exclusiva con Ciudad VLC, Tortolero aclara que la decisión de divorciarse fue tomada, en principio, por ambos. Ella consideraba que ya no había vuelta atrás en una relación en la que las infidelidades de Arango se hacían cada vez más recurrentes, al punto que paralelamente tuvo un hijo, de nombre Diego Fernando, con la instructora fitness alemana, Vanessa Zimermann.
Tortolero, en su versión, sostiene que
tanto ella como Arango acordaron llevar la “fiesta en paz”, en plena
ruptura, en aras de no alterar la tranquilidad de sus hijos. Para los
trámites convinieron evitar “peleas legales”, pero no fue así: Arango
buscó –según ella– perjudicar a Tortolero, al punto de hostigarla con
constantes comunicaciones.
Tortolero enfatiza que la disolución fue
llevada a un plano contencioso debido a la asesoría de los abogados de
Arango y la decisión de él mismo. Pese a no contar con cinco años de
separación, el maracayero de la “zurda de oro” buscó que el divorcio se
hiciera basado en el artículo 185-A del Código Civil. Ante este
escenario, Tortolero optó por rechazar el divorcio, ya que las
condiciones que le planteó el deportista buscaban lesionar los acuerdos
conversados previamente.
El cambio de conducta –de acuerdo a su
percepción– ocurrió a los pocos días de haber llegado al estado Zulia,
donde Arango vestiría la camiseta de su nueva oncena: Zulia Fútbol Club,
equipo en el que también tendría acciones como propietario.
“En este caso, se violaron todos mis
derechos. Como mujer, como madre, esposa; pero él resolvió todo a su
favor con solamente decir: ‘Yo soy Juan Arango, soy figura pública, ya
yo tengo todo hecho y lo tengo comprado’”, manifiesta Tortolero, para
referirse al carácter parcializado que presuntamente habría tenido el
Tribunal Quinto de Primera Instancia de Mediación Sustanciación y
Ejecución de Carabobo.
“Él me llamó por teléfono y me dijo: ‘Tú
puedes ser mujer y podrás tener las leyes a tu favor, pero yo soy Juan
Arango y con eso nadie va a poder”, revela Tortolero, con ciertos
vestigios de indignación.
Tortolero cuenta que ha recibido llamadas anónimas amenazantes. Mujeres y hombres se comunican con ella desde números desconocidos para calificarla de “ambiciosa”. Averiguan qué hace, quién la asesora y le hacen exhortaciones para que firme los documentos, como invitándola a “negociar”. “‘No exijas tanto’, me dicen”.
—¿Y qué exiges tú?
—Lo primero que exijo es respeto, amor y compasión hacia nuestros hijos.
—Lo primero que exijo es respeto, amor y compasión hacia nuestros hijos.
—¿Por qué pides eso? ¿Acaso Arango no respeta a sus hijos?
—Imagínate. Él ha jugado aquí en Venezuela, en Maracay, Caracas, Barquisimeto y él ni siquiera le avisa a ella (su hija) para yo llevarla. A mí nada me cuesta eso. Sé que él está concentrado es su trabajo, pero él debe invitar a sus hijos.
—Imagínate. Él ha jugado aquí en Venezuela, en Maracay, Caracas, Barquisimeto y él ni siquiera le avisa a ella (su hija) para yo llevarla. A mí nada me cuesta eso. Sé que él está concentrado es su trabajo, pero él debe invitar a sus hijos.
—¿Y cómo era la relación de Juan Arango con sus hijos antes de la separación?
—Normal. Bien, un buen padre, porque ellos dos son los hijos con los que él ha convivido durante 13 años.
—Normal. Bien, un buen padre, porque ellos dos son los hijos con los que él ha convivido durante 13 años.
Arango, durante su matrimonio con Tortolero, adquirió varias propiedades en el exterior y, por su puesto, en Venezuela. Posee al menos seis casas y apartamentos, distribuidos en Estados Unidos, Alemania, España, México…, así como unos cinco vehículos de lujo. No obstante, Tortolero desconoce qué otros bienes llevan su nombre. Afirma que por ley le toca el 50% del patrimonio total, adquirido durante la sociedad conyugal.
“Él quiere vender todo. Él lo que quiere es que nosotros no tengamos nada. Nos quiere dejar en la calle”, advierte Tortolero.
—¿Cómo te consta ti que él quiere que ustedes no tengan nada?
—Él antes les daba a sus hijos 12 mil
dólares mensuales y ahora les da mil. Sus hijos antes llevaban una vida
muy ostentosa gracias a él.
“ÉL ME GOLPEABA”
Los momentos y vivencias difíciles casi siempre parecen dejar huellas imborrables en los protagonistas. Muchos asumen estos instantes con mayor fortaleza, mientras que otros optan por tratar de borrarlos de la memoria, para que no hagan mella en el estado de ánimo.
Cuando Tortolero se refiere a las “duras
etapas” vividas durante la unión con Arango, la tristeza se apodera de
su mirada. Por más que trate de contener las emociones, sus ojos, que
parecieran ver más allá de lo superficial, ceden al arribo de algunas
lágrimas.
Mientras acaricia su frente con
sutileza, Tortolero revela que sufrió, en dos oportunidades, agresiones
físicas por parte de Arango. Recuerda que la primera de ellas fue cuando
le descubrió un romance con la excandidata a la Alcaldía de Chacao en
2008, Samantha Quintero.
Relata que, durante la boda del
futbolista venezolano, Tomás Rincón, el 28 de diciembre de 2011, le
descubrió unos mensajes subidos de tono a Arango, que le había enviado
Quintero. Tortolero se retiró del lugar de la fiesta, en la Isla de Los
Roques, ya que divisó la presencia de Quintero a los pocos minutos de
aquel descubrimiento. Respiró profundo, contó hasta 10 y prefirió irse a
la habitación del hotel.
Al amanecer, Tortolero fue a resolver
otros asuntos familiares, pero cuando regresó a su alojamiento se
percató que Arango sostenía una amena conversación por teléfono. La
incertidumbre embargó su humanidad y de improvisto le arrebató el
aparato a su entonces marido. Del otro lado del auricular, después de
tres preguntas formuladas, Quintero reconoció ser “la amante de Arango”.
El centrocampista, motivado por la ira,
tomó por el cuello a Tortolero y la pegó contra la pared. Entre gritos
insultantes le propinó dos certeros golpes en la cara. Ella, con mucha
dificultad, se zafó y se trasladó hasta la cocina. Agarró un sartén por
el mango y le pegó con él en la cabeza. Arango, un tanto aturdido por el
impacto, decidió perseguirla hasta que la alcanzó. La empujó contra el
carro y le ordenó a Tortolero no inmiscuirse más en sus asuntos.
—¿Y por qué no lo denunciaste antes, sino el 13 de diciembre de 2016, como consta en el informe de la Fiscalía?
—Porque él siempre me ha dicho que es una figura pública y yo no puedo destruir su imagen así, pero yo tengo una foto donde él me fracturó la mano.
—Porque él siempre me ha dicho que es una figura pública y yo no puedo destruir su imagen así, pero yo tengo una foto donde él me fracturó la mano.
—Pero tú en otras entrevistas calificaste a Arango como una persona tranquila…
—Él es tranquilo, pero cuando tú eres un tipo callado y de repente explotas, se te vuelan los tapones. Él es así.
—Él es tranquilo, pero cuando tú eres un tipo callado y de repente explotas, se te vuelan los tapones. Él es así.
—¿Cuál fue el otro episodio de violencia de género?
—Fue en Mallorca (España), porque le descubrí otra mujer con la que él estaba. De hecho, yo salí corriendo y casi me voy por el balcón. Me dio bofetadas en la cara y me dijo: “¡No seas estúpida!” y luego me pateó en los glúteos varias veces.
—Fue en Mallorca (España), porque le descubrí otra mujer con la que él estaba. De hecho, yo salí corriendo y casi me voy por el balcón. Me dio bofetadas en la cara y me dijo: “¡No seas estúpida!” y luego me pateó en los glúteos varias veces.
—¿Tomaste la decisión de revelar estas historias por los recientes ataques de Arango contra ti?
—¡Claro! Yo tomo esta decisión por lo que él está haciendo: de no darnos lo que nos corresponde, de no compartir con los niños, de dejarnos por fuera.
—¡Claro! Yo tomo esta decisión por lo que él está haciendo: de no darnos lo que nos corresponde, de no compartir con los niños, de dejarnos por fuera.
“JUSTICIA EMBILLETADA”
Valiéndose de algunas informaciones que recibe y las supuestas irregularidades en el expediente en el cual está sintetizado su caso, Tortolero cree que la sentencia GP02-J-2016-006060, que favorecería a Arango, tiene que ser revisada por instancias legales superiores. Considera que la parcialidad del tribunal hacia el futbolista respondería a supuestos sobornos que este habría realizado a determinadas autoridades judiciales, pese a que no posee pruebas que sustenten su hipótesis.
De acuerdo a su versión, el pago –que
alcanzaría unos 10 millones de bolívares– habría sido entregado por los
colaboradores de Arango, para evitar inmiscuirlo directamente en el
presunto delito.
“Hay dinero de por medio para beneficiarlo porque, obviamente, él es Juan Arango, capitán eterno de la selección nacional”, refiere Tortolero, con tono irónico.
“¿Qué tiene que salir a decir ahora que
está en contra de la violencia? Que no más esto, que no más lo otro, si
se la pasa en Estados Unidos. A ti no te importa Venezuela, a ti no te
importa lo que están pasando tus hijos, porque tú estás disfrutando,
pero tú no sabes qué les pasa a tus hijos y te llenas la boca en una red
social para decirle al Gobierno: ‘Ya basta de violencia’”.
—¿Por qué crees que Arango hace hoy llamados contra el Gobierno Nacional?
—Él busca que su nombre no se apague. ¡Es eso, yo lo conozco bien!
—Él busca que su nombre no se apague. ¡Es eso, yo lo conozco bien!
—Pero Arango era afecto al presidente Chávez, ¿cuándo crees tú que cambió su inclinación política?
—De hecho, cuando él sufrió el accidente, el presidente Chávez lo llamó. Yo llegué a hablar con el presidente Chávez. Hubo una feria en La Carlota y Juan fue persona emblemática, de hecho le pagaron un dinero para que él estuviera presente.
—De hecho, cuando él sufrió el accidente, el presidente Chávez lo llamó. Yo llegué a hablar con el presidente Chávez. Hubo una feria en La Carlota y Juan fue persona emblemática, de hecho le pagaron un dinero para que él estuviera presente.
—¿Cómo era la relación de Arango con el presidente Chávez? ¿Se comunicaban siempre?
—¡No se comunicaban! Claro, él estaba identificado con el pensamiento político del presidente Chávez. Ahora, de la noche a la mañana, cambió.
—¡No se comunicaban! Claro, él estaba identificado con el pensamiento político del presidente Chávez. Ahora, de la noche a la mañana, cambió.
—Pero, insisto, ¿cuándo crees que comenzó ese cambio?
—Ahorita, gracias a estos problemas, porque ya nadie habla de él y necesita salir. De hecho, él salió a escribirle algo a Roque Valero cuando no se estaban metiendo con él. Él lo que busca es protagonismo.
—Ahorita, gracias a estos problemas, porque ya nadie habla de él y necesita salir. De hecho, él salió a escribirle algo a Roque Valero cuando no se estaban metiendo con él. Él lo que busca es protagonismo.
—¿Crees entonces que es un estrategia de marketing para llamar la atención del público, frente al escenario actual?
—¡Claro! Eso es porque ya no se habla de él, y él siempre fue chavista. Ahora sale que es de la oposición.
—¡Claro! Eso es porque ya no se habla de él, y él siempre fue chavista. Ahora sale que es de la oposición.
—Pero tú sí eres opositora, ¿verdad?
—¡Bueno!, sí y no. No me gustan las injusticias.
—¡Bueno!, sí y no. No me gustan las injusticias.
—¿Cómo es eso? Porque en tus redes sociales publicas muchos contendidos a favor de la oposición…
—¡Ah, claro! Lo que hago es retuitear. Ni para allá ni para acá. Quiero el bienestar de todos.
—¡Ah, claro! Lo que hago es retuitear. Ni para allá ni para acá. Quiero el bienestar de todos.
—¿Cómo se puede ser “nini” frente a una máquina de votación?
—Si tú supieras que nunca he votado, y tengo 34 años. No puedo decir que el Gobierno sea una porquería, porque no lo es. Mi familia se beneficia del Gobierno. Mi mamá es chavista como nadie, tú no puedes hablarle otra cosa porque ella dice: “Chávez es mi Presidente”.
—Si tú supieras que nunca he votado, y tengo 34 años. No puedo decir que el Gobierno sea una porquería, porque no lo es. Mi familia se beneficia del Gobierno. Mi mamá es chavista como nadie, tú no puedes hablarle otra cosa porque ella dice: “Chávez es mi Presidente”.
—¿Qué mensaje le envías a tu exmarido?
—Que no sea injusto, porque lo que está haciendo con nosotros es injusto. Él siempre iba a la casa a ver a los niños; las puertas de la casa están abiertas.
—Que no sea injusto, porque lo que está haciendo con nosotros es injusto. Él siempre iba a la casa a ver a los niños; las puertas de la casa están abiertas.
—¿Tú no sientes amor por él?
—¡No, para nada!
—¡No, para nada!
—¿Esto no lo estás haciendo por celos?
—No es ningún berrinche. Él dolor que puedo tener es por la indiferencia que él tiene hacia mis hijos, porque mi hija le escribe y él no le para. Lo que quiero es justicia para el delito de violencia psicológica y física que he tenido que soportar durante años. A mí, la fiscalía me practicó dos exámenes psicológicos y arrojaron el daño que me causó ese señor; no lo digo yo, lo dice la propia Fiscalía. ¡Quiero justicia!
—No es ningún berrinche. Él dolor que puedo tener es por la indiferencia que él tiene hacia mis hijos, porque mi hija le escribe y él no le para. Lo que quiero es justicia para el delito de violencia psicológica y física que he tenido que soportar durante años. A mí, la fiscalía me practicó dos exámenes psicológicos y arrojaron el daño que me causó ese señor; no lo digo yo, lo dice la propia Fiscalía. ¡Quiero justicia!
Hija de Arango: “Tribunales falsearon mis declaraciones”
La hija de Juan Arango, Jauryns Fernanda, aseguró que las declaraciones que ella emitió el pasado 13 de febrero de este año, en la sala de espera de niños, niñas y adolescentes, del Circuito Penal de Carabobo, fueron sacadas de contexto, a objeto de favorecer legalmente al futbolista.
“¡Eso no fue lo que yo dije! Dije que yo
quería que se divorciaran, pero de manera justa”, contó la joven
estudiante de quinto año bachillerato, en conversación con Ciudad VLC.
Jauryns Fernanda cree que sus derechos
legales fueron violados durante la entrevista en el tribunal, pues
–afirma–, estaba sola con la secretaría nada más, pese a que en el acta
GP02-J-2016-006060 señala que se encontraba presente la juez, durante la
toma del testimonio.
“Ella (la secretaria) empezó a escribir y no me dejó leer nada después. Solo me dijo: ‘Firma aquí rapidito y ya está’”, refirió.
El citado documento, en efecto,
evidencia la firma de Jauryns Fernanda y la de la secretaría, Carmen
Elena Jiménez. No obstante, en el espacio donde debía estar la rúbrica
de la jueza que llevaba la causa, Eduarda Gil, permanece en blanco, solo
con el sello de la institución.
Frente a este caso, el equipo de
defensores de Laurys Tortolero considera que se está en presencia de una
presunta irregularidad, pues Jauryns Fernanda debió estar acompañada en
ese momento por un fiscal del Ministerio Público, debido a su condición
de menor de edad.
Biografía mínima
Laurys Tortolero es una de las valencianas que hoy a sus 34 años podría decir que conoce el fútbol, tanto como a ella misma. Esa afinidad por el campo, las arquerías y los balones quizás fue transmitida genéticamente por su padre, Argenis Tortolero, quien fuera conocido en Carabobo por su pasión y reverencia hacia el balompié.
Dos de sus hermanos, William y Héctor,
salieron profesionales en esta área. Ella, a los 13 años, no se quería
quedar atrás y quiso incursionar en la selección femenina, pero su
progenitor frustró aquel sueño y le encomendó que se dedicara a los
estudios.
Con el tiempo, ella se olvidó de aquella atracción, porque cedió ante la premisa machista que reserva el fútbol a los hombres y, más bien, se dedicó a brindarle respaldo a quien más adelante se convertiría en el padre de sus dos hijos.
Otra de sus pasiones es la santería. Es
fiel creyente del sincretismo afrodescendiente “para lo bueno”, pero
descarta que sus dogmas tengan vinculación con la denominada “magia
negra”.
En la actualidad, se desempeña aún como administradora y encargada de la “Fundación Juan Arango”, perteneciente a Empresas Polar, ubicada en San Joaquín, estado Carabobo.
En cuanto al ámbito sentimental,
Tortolero comenta que permanece soltera, pero no minimiza la posibilidad
de iniciar una relación formal más adelante. Eso sí, con una persona
que no tenga nexos directos con el fútbol.