Las
cosas han cambiado mucho desde que Giordano Bruno fue enviado a la
hoguera por decir que la Tierra era un planeta más en un universo lleno
de mundos habitados. La Inquisición ya no existe, el Papa Francisco
participa en charlas TED y el Vaticano organiza eventos para hablar del
Big Bang.
Esta
semana está teniendo lugar en el Observatorio Astronómico de la Santa
Sede un congreso titulado “Agujeros negros, ondas gravitacionales y las
singularidades del espacio-tiempo”. El Vaticano ha invitado a
científicos ilustres para discutir qué ocurrió en los primeros instantes
del Big Bang, qué son los agujeros negros y cuál es la naturaleza de la
materia oscura.
Entre los participantes destacan el premio Nobel de Física Gerald’t
Hooft y el cosmólogo George Ellis. Además de charlar sobre temas de la
cosmología moderna, como las ondas gravitacionales, el evento pretende
celebrar la figura de George Lemaître, el sacerdote jesuita que propuso
por primera vez la teoría del “átomo primigenio” que dio origen al
universo en expansión.
En 2014, el Papa Francisco reconoció la teoría del Big Bang y dijo
que “no se contradice con la intervención de Dios, sino que la exige”.
“Los cristianos creen en un dios supernatural que es responsable de la
existencia del universo, pero nuestra ciencia nos cuenta cómo lo hizo”,
explica ahora Gabriele Gionti, cosmólogo del Observatorio Vaticano.