s seguro que no le creíste a tu amigo que te mostró un CD diciéndote,
“descubrí como meter 150 canciones en vez de 10 en este disco”. Se
trataba del descubrimiento de mp3, abreviatura del MPEG-2 Audio Layer III.
Pues bien, se anunció esta semana que poco a poco irán desapareciendo
los archivos en mp3, un formato de audio en baja y mediana calidad que
fuera creado en 1993 por el instituto Fraunhofer-Gesellschaft, de Alemania.
Aunque plataformas de compra digital de música, como iTunes Store, Google Play Music o Spotify
ya ofrecen compras de archivos en formatos como WAV, AIFF o AAC, que no
han sido comprimidos y son 99% fieles a los fonogramas originales,
también algunos permiten descargar álbumes en mp3, que requieren hasta
diez veces menos espacio en disco duro, pero cuya calidad es
notablemente menor.
El hecho de que los creadores de mp3 sean los que deciden
directamente su jubilación, no quiere decir que tus archivos no servirán
más: lo que ocurrirá será un cambio de tendencia, tras el que los
creadores de contenidos de audio empezarán a migrar sus bases de datos a
otros formatos de mejor calidad ya existentes, o los nuevos que se
inventen que ofrezcan un gran sonido con poca compresión, sin que pesen
decenas de Megabytes.
Nuevos estándares
El propósito del Fraunhofer ya está más que definido: le darán su
espaldarazo al formato AAC (Advanced Audio Coding). Según ellos, este
será el nuevo estándar de las industrias afines, ya que es capaz de
ofrecer una calidad superior al mp3 y puede ser usado en aplicaciones en
las que su antecesor no podía intervenir, como el track de audio de un
vídeo, o emisiones en tiempo real por streaming.
El AAC puede ser usado en archivos de vídeo como m4v, mp4, y mov,
entre otros, y ya es el formato oficial de Apple para sus iPods y la
plataforma iTunes, mientras que aplicaciones como Ahead Nero, Winamp y Nintendo DSi están empezando a migrar de forma completa su soporte a este.
Antes existió el OGG (y después el OGG Vorbis), un formato contenedor libre y abierto, desarrollado y mantenido por la fundación Xiph.Org
que no está restringido por las patentes de software. puede multiplexar
varios flujos independientes para audio, vídeo, texto (como subtítulos)
y metadatos.
Ya que es un formato de código abierto, a la industria discográfica y
las plataformas de streaming nunca le gustó mucho, porque no tenían
control sobre los derechos de autor de los fonogramas que se reproducían
en OGG.
En cambio, en el AAC, se podrán agregar datos para la
protección derechos de autor, así que aquellos archivos de audio sin
autorización, que tengan protección anticopia no funcionarán en AAC. Por
ejemplo, si compras una canción en iTunes en AAC, solamente podrás reproducirla en dispositivos de Apple o en el software iTunes, y si lo pones en una consola de Nintendo, este no funcionará.
Veremos si estamos preparados como consumidores a renunciar al mp3 y a
la libertad de compartir música sin restricciones, y la industria de
ofrecernos todas las opciones para poder consumir tranquilamente, y que
se detenga la piratería de una vez por todas.