Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España concluyó que los osos se comunican entre sí a través de las secreciones emanadas por glándulas situadas en la planta de sus pies y manos.
Algo que hasta ahora se desconocía, pero que una vez descubierto
explica muchas cosas del comportamiento de los osos a la hora de caminar
o marcar territorio.
Desde hace tiempo los especialistas buscaban una explicación a los
movimientos a modo de danza de algunos osos en sus desplazamientos.
Muchas veces parece que bailan cuando se mueven pero lo que realmente
hacen es clavar con fuerza los pies en la superficie y frotar las
plantas en el suelo. Con esa acción buscan dejar el máximo de
información sobre ellos mismos al resto de los ejemplares que habitan en
su misma zona. “Ahora podemos asegurar que esa danza está
estrechamente relacionada con la comunicación química de individuos”,
explicó Eloy Revilla, investigador del CSIC.
Esas glándulas sudoríparas transmiten información muy precisa. Así,
un oso puede determinar, acercando el hocico a una huella, el sexo o
incluso la identidad del ejemplar que ha dejado esa marca. “Igual que
algunos humanos pueden saber quién ha estado en una habitación por el
rastro de olor que ha dejado, los osos pueden hacer lo mismo y de una
manera muy precisa, a pesar de que el terreno en el que se mueven está
en un espacio abierto y es mucho mayor”, afirma Agnieszka Sergiel,
miembro del grupo polaco que participó en este estudio.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, concluye que
si bien es cierto que los osos son animales que pasan la mayor parte
del tiempo solos, “necesitan saber si hay congéneres en su
territorio, machos rivales, hembras con las que aparearse o si tienen
cerca (en el caso de las osas) a algún macho que pueda suponer una
amenaza para sus crías”.