La Asamblea Constituyente propuesta por el gobernante
Nicolás Maduro es la jugada más radical adelantada hasta ahora por el
chavismo y terminaría por instaurar un régimen castrista en Venezuela,
que pondría fin a los derechos civiles y a la propiedad privada, dijeron
analistas.
Expertos calificaron la
propuesta de Maduro como el último empujón de Venezuela hacia “una
dictadura del proletariado”, en un proceso para refundar la República
emprendido bajo un estado de conmoción nacional en el que manifestantes
pacíficos son encausados por terrorismo en tribunales militares.
“Eso en sí mismo es una
contradicción”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, director
ejecutivo de la firma Inter American Trends. “¿En un estado de
conmoción, pides una constituyente? ¿Cómo va a ir el pueblo a participar
en un proceso para formular una nueva Constitución cuando se encuentra
amenazado con bayonetas?”
Dados los altos niveles de
impopularidad que enfrenta, en realidad Maduro no está interesado en
redactar una nueva Constitución para que se amolde al actual sentir de
los venezolanos, sino imponer un nuevo documento que declare la nación
socialista para eliminar los conceptos democráticos incluidos en la
Constitución vigente, dijeron los consultados.
Al final, el proceso dejaría
a Venezuela con un marco legal idéntico al de Cuba, con sus sistemas de
controles sobre la sociedad y la economía, que dejaría muy poco espacio
para la propiedad privada, advirtieron.
Al anunciar su propuesta,
Maduro dejó entrever que los nuevos integrantes de la Asamblea
Constituyente serán escogidos a dedo, en vez de electos por el voto
popular, como establece la Constitución vigente.
Las intenciones de Maduro fueron reveladas por la Iglesia católica venezolana a los dos días de anunciarse la propuesta.