La
búsqueda de la inmortalidad ha sido una constante en la historia
humana: desde los primeros rituales mágicos, hasta los más sofisticados
procedimientos médicos. Aquí, cuatro maneras para alcanzarla, según
antiguas mitologías.
Ambrosía:
la palabra está formada por el prefijo an (no) y brotós (mortal). Los
griegos creían que la ambrosía podía hacer inmortal a quien la comiera.
Los dioses la suministraban a voluntad, aportando vida eterna a los
mortales elegidos.
Sirenas: en Japón existía la leyenda de que comer
una sirena, un pez con rostro humano según su mitología, otorgaba la
inmortalidad. Esta, sin embargo, no era una ventaja sino una maldición.
En muchas historias, los incautos humanos que consiguen la vida eterna,
deben consagrarse a Buda para poder finalmente descansar.
Melocotones: según una antigua tradición china,
los melocotones de los dioses pueden otorgar 3.000 años de vida a quien
los consuma. Esta fruta mitológica tarda 6.000 años en florecer. En la
región se comen semillas de loto talladas en forma de melocotón para
adquirir la longevidad.
Desafiar a los dioses: en la mitología griega
existen numerosas historias de humanos que desafían a los dioses para
alcanzar la inmortalidad. El arriesgado plan, no obstante, suele
terminar muy mal: los temperamentales dioses castigan duramente estas
impertinencias