Los
amantes de Star Wars recordarán los comienzos duros de Luke en el
planeta Tatooine. Un enclave tan desértico que la única forma de hallar
agua era extrayéndola de la humedad de la atmósfera. En la vida real
hemos dado un gran paso para acercarnos a la fantasía de la saga. Y todo
gracias al Sol.
La
pregunta que se hicieron los investigadores fue la siguiente: si en el
paisaje de ese planeta seco y caliente la agricultura a través de la
humedad era una actividad vital para la supervivencia, ¿podría este
principio de extracción de humedad del aire proporcionar agua potable en
el mundo real?
La respuesta corta es que todo apunta a que sí.
Principios para el desarrollo de la tecnología
Los investigadores partieron de un ejemplo básico. Si cualquiera de
nosotros se sienta en el exterior de un día caluroso y húmedo de verano
con un vaso de agua helada, al poco tiempo notará unas gotas de agua que
se forman en el exterior del vaso. De hecho, los vaporators, los
dispositivos de Star Wars, podían haber funcionado perfectamente bajo un
principio similar.
Enfriar el aire caliente produce condensación que luego se puede
recoger. La lluvia en realidad es un fenómeno natural del mismo
principio. Cuando el aire caliente y húmedo se enfría, entonces pierde
su capacidad para mantener su contenido de agua y la precipitación
aparece en forma de gotas de lluvia.
Si enfriamos el aire de 40 ℃ a 10 ℃ deberíamos ser capaces de extraer
esa diferencia de agua, que es de 41,7 mililitros por cada metro cúbico
de aire. Dicen los investigadores que bajo estas condiciones y con la
tecnología actual podríamos producir 147 litros de agua por hora usando
aproximadamente la misma energía que 18 calderas eléctricas domésticas.
A menor humedad hay menos agua en el aire, por lo que el sistema será
menos eficiente. Tenemos que enfriar más aire para extraer la misma
cantidad de agua y eso requiere más energía. Esto puede hacer que la
tecnología actual sea demasiado cara para países donde la escasez de
agua es más severa. Ellos precisamente necesitan una forma más eficiente
de capturar el vapor de agua.
Para ello y hasta ahora se han dado diferentes tipos de tecnologías o
formas de paliar la escasez. Ninguna parecida a la que han anunciado
los investigadores del MIT.
El sol para capturar agua
Desde el MIT se han apresurado a explicar que su tecnología podría
ser la más eficiente con diferencia. Para ello utilizan algo que han
denominado como “marco metálico-orgánico” impulsado por la luz natural
del sol. ¿Cómo? La tecnología utiliza una red de moléculas metálicas y
orgánicas que pueden atrapar fácilmente el vapor de agua y que luego se
libera utilizando el calor capturado del sol.
Las primeras pruebas han mostrado que un kilogramo de este material
puede cosechar hasta 2,8 litros de agua al día a niveles de humedad
relativa tan bajos como 20%, y sin ninguna otra fuente de energía
externa. Esto, obviamente, la convierte en una tecnología
particularmente interesante para la cosecha de agua en regiones áridas o
desérticas del planeta.
El equipo dice que ahora mismo se encuentran desarrollando un sistema
más eficiente que permita reducir costes para que llegue a los países
en desarrollo. Incluso están tratando variables como la contaminación
atmosférica. Y es que en algunas partes del mundo el filtrado y el uso
de tratamiento especiales pueden ser necesarios para hacer que el agua
capturada sea segura para beber.
Fascinante, el escenario que vislumbraban en Star Wars podría acabar
proporcionando una solución para aquellas zonas del mundo donde el agua
es un bien escaso.