¿Cuántas
veces no hemos suspirado por el romance entre Elizabeth Bennet y Sr.
Darcy?, o nos hemos sentido al borde de un ataque de nervios gracias a
las transformaciones de Pennywise quien espera ansiosamente a sus
víctimas en las cloacas. Sin importar el caso, hemos disfrutado de
personajes increíbles sin importar el género.
Pero,
¿qué sucede después de haber leído nuestros títulos favoritos?
¿Aquellos personajes que tanto disfrutamos solo existen en la ficción?
Según un estudio, existe la posibilidad de que sí sean reales.
Ellos nos hablan
“Leviosa, ¡no Leviosaa!”, una de las frases famosas de Hermione
Granger que trata de explicar con método la manera correcta para que el
hechizo funcione correctamente. Es imposible no recrear la voz del
personaje cuando leemos una de las obras de fantasía más queridas por el
público.
Lo cierto es que puede suceder con cualquier personaje, de hecho,
parece que es común que los “escuchemos”, inclusive si no estamos
leyendo el libro de donde provienen.
Es decir, si sientes que Norman Bates narra alguna situación de tu
vida, es probable a que se deba a que nuestra mente otorgue “vida” a
estos caracteres y hasta cobren ciertos rasgos de nuestra personalidad.
Esto es el resultado de un estudio realizado por investigadores de la
Universidad de Durham, el cual refleja que este fenómeno es más común
de lo que creemos.
El poder de la imaginación
Por su puesto, para llegar a determinar si un personaje es real o no,
tiene que contar con un factor muy importante, la imaginación. Es
decir, el mismo estudio explica que se realizó la investigación sobre
una muestra de lectores y los resultados fueron interesantes: aquellos
que eran apasionados por la lectura, habían desarrollado un nivel de
imaginación que les permitía estar inmersos en la historia.
Esto, además, avala otro estudio realizado y publicado en el Journal
of Personality and Social Psychology, en el 2012. El mismo afirma que
los personajes de ficción pueden percibirse como cercanos gracias a que
guardan similitudes con nuestra personalidad y con otros rasgos. Por lo
tanto, algunos personajes son más parecidos a nosotros de lo que
pensamos.
¿Conclusión? Si has sentido que podrías ser amigo de Harry Potter o
que eres tan valiente como el Capitán Alatriste, no te preocupes, no
estás solo en pensar de esta manera.