El viento solar y la radiación son la causa de que Marte fuera
perdiendo buena parte de su atmósfera, por lo que ese planeta, que pudo
tener vida hace miles de millones de años, es ahora un mundo desierto y
helado. Así lo indica un informe que publica la revista "Science".
Especialistas de la Universidad de Colorado Boulder han llegado a
esta conclusión gracias a la información procedente de la sonda espacial
Maven de la NASA, diseñada para estudiar la atmósfera marciana.
Los nuevos resultados revelan que
"el viento solar y la radiación fueron los responsables de la gran parte
de la pérdida atmosférica en Marte y que ese deterioro fue suficiente como para transformar su clima", según un comunicado.
La mayor parte del gas que una vez estuvo presente en
la atmósfera marciana se perdió en el espacio, según el profesor del
Laboratorio de física atmosférica y espacial (LASP) Bruce Jakosky.
Los expertos midieron la abundancia en la atmósfera de Marte de dos tipos de isótopos de argón, un gas noble que no queda atrapado en las rocas ni reacciona con otros elementos.
Con los datos, llegaron a la conclusión de que "aproximadamente un
65% del argón que hubo en la atmósfera se perdió en el espacio", según
un comunicado.
Con los mismo métodos se llegó a la conclusión de que la "mayor
parte" del CO2 presente en el planeta también "se había perdido en el
espacio por pulverización".
Anteriormente ya existían datos que señalaban que el gas atmosférico
del planeta rojo se había perdido en el espacio, pero este análisis ha
medido la actual atmósfera de Marte para dar la primera estimación de cuánto gas se ha ido eliminando con el tiempo.
El agua líquida, esencial para la vida, no es hoy estable en la
superficie marciana porque su atmósfera es demasiado fría y delgada para
ello.
Sin embargo, la evidencia de rasgos que se parecen a lechos de ríos y
minerales que solo se pueden formar en presencia de agua líquida
indican que antiguamente el clima marciano era lo suficientemente cálido
como para que por su superficie corriera agua durante periodos extensos
de tiempo.
Hay muchas formas en las que un planeta puede perder parte
su atmósfera, como reacciones químicas que pueden encerrar el gas en las
rocas de superficie, o la atmósfera puede sufrir la erosión de la
radiación y el viento solar que emite su estrella.
Las estrellas jóvenes tienen mucha más radiación ultravioleta y
vientos, por lo que la pérdida de atmósfera por esos procesos es mucho
más probable que se hubiera producido durante la historia temprana del
planeta.
Es posible que la vida microbiana hubiera podido existir en la
superficie del planeta durante los primeros estadios de su historia,
pero a medida que se fue enfriando y secando, cualquier tipo de vida
pudo verse forzada a seguir bajo tierra o recluirse en algún oasis en la
superficie.